Los niños están continuamente transmitiéndonos mensajes. Tienen gran necesidad de contar y expresar cosas que les ocurre. Muchas veces son tan insistentes, que apenas les hacemos caso, pero es importante no obviar esos mensajes, ya que detrás de ellos se ocultan sentimientos y emociones de gran valor. Comunican mucho más de lo que inicialmente pensamos.
El silencio dice mucho y se suele escuchar poco
El estar tan ocupados y tratar de hacer tantas cosas a la vez suele ser un inconveniente de cara a ser capaces de escucharles bien y no sólo oírles. Para ello, es importante seguir las siguientes pautas:
- Pensar que en la comunicación intervienen dos personas de forma activa. Esto significa que los dos tienen cosas que comunicar y, por tanto, hay que saber comunicar, esperar su turno y saber escuchar.
- No siempre hay que comunicar o transmitir algo, sino que puede que nuestros hijos necesiten ser escuchados, aunque no sepan pedírnoslo directamente.
- Dedicar tiempo para hablar y escuchar. La escasez de tiempo que se tiene, en general, dificulta muchas situaciones que requieren tiempo. Es muy importante que el niño se sienta escuchado. Que perciba que se le dedica atención.
- Escuchar sin interferencias ni distracciones. Para escuchar de modo eficaz y óptimo a nuestros hijos debemos hacerlo dedicándonos a ellos sin realizar otras tareas de modo simultáneo. De este modo, lograremos que nuestros hijos se sientan importantes y que esta propia situación les invite a estar más cómodos y tener mayor motivación para hablar.
- Muy importante escuchar a nuestros hijos sin hacer valoraciones y sin que se sientan juzgados. No es eso lo que necesitan ni lo que nos están pidiendo. En realidad, ellos quieren ser escuchados y desahogarse. A veces, necesitan ayuda, consejo o respuesta, pero, muchas otras veces, sólo necesitan sentirse escuchados. Si perciben que estamos haciendo valoraciones de lo que nos han contado es muy probable que la siguiente vez que tengan algo que transmitirnos no lo hagan y acaben callándoselo o contándolo en foros no aconsejables o menos adecuados para ellos.
Estas pautas facilitarán una comunicación más fluida, pero a la vez es importante ser capaces de observarles y ver qué tratan de expresar con sus gestos y expresiones. Es muy importante mirarles a la cara cuando nos están hablando. El mensaje que transmiten suele ir acompañado de gestos que nos darán mucha información añadida y muy importante de cara a saber cómo se sienten. Esto complementará muchísimo la comunicación.
Además, es conveniente observar sus gestos en el propio silencio. Pueden ir cargados de gran contenido sin un mensaje textual explícito. El silencio dice mucho y se suele escuchar poco. Hay muchos niños que, cuando no hablan, es claro que algo les pasa, pero también hay otros que apenas suelen hablar, por ser más callados, lo que no significa que no tengan cosas que decir.
Se trata, por tanto, de desarrollar la capacidad de saber observar, escuchar y sentir aquello que puedan estar sintiendo sin necesidad de esperar a que lo cuenten de modo, exclusivamente, verbal.