10 claves para que tu hijo ordene su habitación

Y ahora… ¿quién recoge la habitación?

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Generalmente, cuando nos imaginamos la habitación de un niño, pensamos en una “leonera”: juguetes por todas partes, ropa tirada por el suelo, la cama sin hacer… pero, aunque parezca mentira, es posible que los niños sean ordenados, solo hay que enseñarles desde pequeños.

Se es ordenado si desde pequeños nos enseñan a serlo

¿Es posible que mi hijo sea ordenado?

A pesar de lo que muchos padres puedan pensar, es totalmente factible lograr que los niños sean ordenados, solo hay que trabajar esta idea desde que nacen. Y es que aunque con 2 años te parezca que tu hijo es muy pequeño para ser organizado, lo cierto es que es el momento ideal ya que su cerebro es moldeable y absorbe todas las ideas, incluidas las de desarrollar un orden cognitivo que se manifestará posteriormente no solo en lo material (tener la habitación ordenada) sino también en el dominio de uno mismo, el equilibrio personal, la serenidad, la eficacia para saber organizarse, etc.

Y es que el orden es fundamental para la vida de una persona. El orden, tanto espacial como temporal, proporciona seguridad, permite organizar los conocimientos que se van adquiriendo día a día, ayuda a alcanzar nuestros objetivos… Por eso, te recomendamos que empieces cuanto antes a inculcar orden a tus niños.

10 claves para el orden que no puedes olvidar

  1. Sé su modelo. Toda vuestra casa debe estar ordenada y tú mismo debes seguir una serie de pautas que el niño vea e interiorice: quitarse el abrigo al llegar a casa y colgarlo en el perchero; dejar los zapatos en su lugar y ponerse las zapatillas de casa; colocar el pijama debajo de la almohada; dejar la ropa sucia siempre en el cesto, etc. Si tu hijo ve desde pequeño estos comportamientos, los imitará sin problema.
  2. Plantea el orden como un juego. Cuando enseñes algo a tu hijo, lo que sea, no debes olvidar su edad ni que es un niño. No le pidas más de lo que pueda hacer ni te pierdas en explicaciones. Órdenes sencillas y directas. Para ello, son muy apropiados los juegos como cantar una canción mientras se recoge; dar un “premio” al que acabe antes (nunca un juguete o una golosina, sino más bien un elogio o un aplauso).
  3. Facilítale la tarea. Su habitación debe estar pensada para que el niño pueda recoger solo: baúles y cajones a su altura fáciles de abrir y cerrar y que no sean peligrosos, estanterías bajas, la ropa al alcance, etc.
  4. Sé paciente. No pretendas que de un día para otro sea el niño más organizado del planeta. Todo aprendizaje requiere un tiempo.
  5. Dale cierta libertad para que ordene según sus propios criterios. Así le permites desarrollar sus propios razonamientos de orden y organización.
  6. Involúcrale en el resto de las tareas del hogar. Pídele que colabore en todo aquello que tenga que ver con su espacio. Hacer la cama, preparar la ropa para el día siguiente, echar la ropa sucia a lavar, etc.
  7. No acumules juguetes. Guardad, donad o regalad todo aquello que ya no use.
  8. Cada vez que se canse de un juego o actividad y quiera pasar a otra, deberá recoger todo lo relacionado con la anterior; así, no acumulará objetos por el suelo de la habitación. De igual manera, antes de irse a bañar o a cenar, la habitación debe quedar perfectamente recogida.
  9. Evita quejarte constantemente por su desorden y calificarle de desordenado. Como cualquier otra etiqueta que se impone a un niño, se acaba volviendo verdad solo por el hecho de repetirlo a todas horas.
  10. No le sobreprotejas y recojas tú todo argumentando que es pequeño y que no puede… confía más en sus capacidades.

Compartir en Familia

Redacción / España

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