4 pautas fundamentales para un apego sin traumas

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El apego influye en la personalidad del niño. Este sentimiento puede variar en función de la educación que haya recibido el padre o la madre. A pesar de la falta de tiempo para estar con los hijos, debe ser la familia quien lo desarrolle, sobre todo en edad temprana.

En muchas ocasiones y, de manera especial en muchas culturas, se ha reducido el apego al vínculo casi exclusivo de la madre

Cada vez se habla más de la importancia del apego en el desarrollo y crecimiento de los niños. Se ha comprobado cómo este sentimiento genera sensaciones positivas de estabilidad y seguridad, así como, emociones gratificantes que favorecerán un buen crecimiento y desarrollo.

Son numerosas las ventajas que el apego tiene sobre el niño. Por eso, es muy importante que lo vivencien desde pequeños. En los primeros años de vida es cuando más importancia tiene.

Los niños necesitan del adulto por la poca autonomía que poseen. El sentir al adulto cerca les hace estar relajados, confiados y seguros.

En muchas ocasiones y, de manera especial en muchas culturas, se ha reducido el apego al vínculo casi exclusivo de la madre. Lógicamente, una madre es fundamental en la vida de un niño, al igual que un padre, pero no es positivo reducir el apego exclusivamente a la madre o a una única figura porque:

  • Reduce la posibilidad de confianza del niño en sí mismo.
  • Genera una dependencia hacia su figura de apego que no es sana, desde un punto de vista emocional y psicológico.

Lo habitual es que ambos miembros de la familia trabajen y, en muchas ocasiones, con horarios complicados para compaginar con la vida en el hogar. Esto genera sentimientos negativos por no poder estar el tiempo que les gustaría con sus hijos y tener que delegar en otras personas, instituciones o familiares.

Esta idea genera una presión en las familias muy grande, llegando, incluso, a tomar decisiones de abandono de trabajo para poder desarrollar el apego.

En otras ocasiones, pueden llegar a tener consecuencias muy negativas sobre el equilibrio emocional de la familia.

Ante la situación de tener que trabajar y no poder estar con sus hijos el tiempo que les gustaría es conveniente tener en cuenta los siguientes aspectos:

  1. Aceptar la situación que cada familia tiene: se pierden muchas energías en pensar en la pena de no poder hacer algo cuando en realidad no se puede cambiar y va a seguir siendo así. Esto provoca emociones y sentimientos negativos que debilitan a la persona y hacen que realicen sus tareas con menos eficacia y mayor posibilidad de tensión y error.
  2. Buscar solución o alternativa a la ausencia de los padres acorde a los principios educativos que uno tiene: cuando no se puede estar con los hijos es muy importante pensar con quién dejarles y dónde. Poder garantizar que van a ser educados siguiendo la misma línea que se sigue en casa y por lo tanto los niños no vayan a percibir incoherencias.
  3. Saber delegar: una vez que se ha pensado con quién dejar a los niños es fundamental delegar. Dejar que los niños puedan disfrutar de otras figuras de referencia y enriquecerse, sin pensar constantemente en que no se está con ellos.
  4. Estar tranquilos en la ausencia: transmitir confianza y serenidad en los momentos de ausencia. Proporcionar calma interior ayudará a los niños a sentirse cerca de sus figuras de referencia, logrando desarrollar fuerte vínculos afectivos y emocionales. En algunos casos, esto puede ser costoso para las familias. Los sentimientos de culpa por no estar con ellos nos debilitan emocionalmente. Estos pensamientos son muestras de debilidad que no corresponden con la realidad. Los niños no dejarán de querer a sus padres porque tienen que trabajar ni porque hayan buscado una alternativa con quien estar.

Todas estas pautas ayudan a gestionar mejor las ausencias. Pero es importante que en los momentos que estás con tus hijos tengas en cuenta estos consejos para generar un apego seguro:

  • Calidad y atención: reforzar cada conducta positiva que el niño realice e ignorar las negativas. De este modo, lograremos niños con una buena autoestima y autoconcepto.
  • Seguridad emocional: hacerles sentirse válidos, queridos y fuertes. Para ello, es importante ayudarles a conocerse a sí mismos. Que descubran sus potencialidades y debilidades para desarrollar confianza en lo que pueden hacer. Esto dará pie a una personalidad estable y segura.
  • Capacidad de esfuerzo y lucha: el apego no debe estar reñido nunca con la autonomía. Esto les hará ser independientes y fuertes.
  • Establecer límites: es muy importante marcar las normas para que sepan qué deben hacer y por qué.

Por lo tanto, el apego no sólo es cuestión de estar muchas horas o todas las horas con los niños sino de saber vivir momentos de felicidad y generar ambientes relajados.

Se trata de calidad, afecto y equilibrio para lograr personalidades estables, seguras, con una buena autoestima y con independencia y autonomía.

María Campo Martínez

Pedagoga / España

Licenciada en Pedagogía. Diplomada en Magisterio de Educación Infantil. Asesora de Eduka&Nature.