Desde siempre, hemos percibido al error como un fracaso, pero equivocarse es parte del aprendizaje. Como dice nuestra experta Laura Lewin, “a veces se gana y a veces se aprende”. Por eso, cuando nuestros hijos se frustran, tenemos la oportunidad de trabajar con ellos la resiliencia emocional y de que aprendan a canalizar este tipo de situaciones.