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Descubre cómo comunicarte con tu bebé a través del lenguaje de signos o Baby-Sign

Comunícate con tu hijo antes de que sepa hablar

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Los bebés se comunican con nosotros desde que nacen por medio del llanto y los gestos. El lenguaje de signos permite, además, entender otras necesidades que el bebé nos quiere comunicar antes de que este pueda hablar.

Siempre tenemos que empezar a comunicarnos con palabras y gestos sencillos

El desarrollo de la comunicación oral es muy complejo. Desde que nace, el niño va pasando por diversas etapas hasta que consigue decir sus primeras palabras en torno a los 12 meses, pero no será hasta los 2 años cuando consiga hacer frases sencillas y hasta los 4 cuando hable más o menos como un adulto. Por lo tanto, son muchos años de vida en los que puede costar entenderle y saber lo que necesita o lo que siente en cada momento.

Eso puede hacer que no siempre sepamos satisfacer las demandas y necesidades del pequeño, que se comunica con nosotros desde que nace por medio del llanto, la expresión de su rostro, sus gestos o incluso su cuerpo hasta que comienza con los balbuceos y las primeras palabras. A lo largo de todo este proceso podemos introducir los signos como herramienta comunicativa gracias al lenguaje de signos para bebés o Baby-Sign. En este tipo de lenguaje se utilizan algunos signos similares a los que forman parte del lenguaje de signos de las personas sordomudas, aunque también pueden inventarse signos que el bebé y sus papás entiendan.

Estos signos ofrecen al bebé la oportunidad de emplear un sistema de comunicación que las dos partes comprenden pero, como no es una herramienta comunicativa que sustituya al habla, debemos acompañarlo de las palabras adecuadas para fomentar también el desarrollo del lenguaje oral en el pequeño.

Además de facilitar la comunicación entre el bebé y sus papás, el lenguaje de signos ofrece otras ventajas, como fortalecer el vínculo afectivo, reducir la frustración y el comportamiento agresivo de los niños, fomentar su psicomotricidad fina y su desarrollo cognitivo, desarrollar el control del espacio la atención visual y estimular el desarrollo de la lengua oral.

Para enseñar el lenguaje de signos a nuestro hijo hay que tener mucha paciencia y empezar en el momento adecuado. Normalmente se puede hacer desde los 6 meses, aunque depende del desarrollo y maduración del niño. Para saber si está preparado, debes estar atento a las siguientes señales:

  • Se mantiene sentado por sí mismo.
  • Mantiene más tiempo la mirada fija.
  • Se comunica mediante sonidos y balbuceos.
  • Señala lo que necesita acompañándolo de su voz.
  • Manipula objetos con sus manos.
  • Repite gestos que hacemos e intenta imitarnos con sus manos.

Una vez veas que está preparado, hay que empezar por palabras sencillas de uso habitual, como dormir, agua, comer… Elige un momento en el que el bebé no tenga sueño ni hambre y esté atento y siéntate enfrente de él. Hay que ser constante y tener paciencia y repetir las veces que haga falta, pero sin llegar a agobiar al pequeño. Elige cuatro o cinco signos y acompáñalos siempre de la palabra correspondiente por medio de una frase o pregunta, como “¿Quieres ir a dormir?”, “¿Tienes el pañal mojado?”. Es recomendable tener también el objeto delante (siempre que haga referencia a un objeto).

Aunque puedes usar el signo que quieras, algunos que se usan habitualmente son:

– “Comer”: colocar las puntas de los dedos sobre los labios.

– “Beber”: colocar el puño cerrado sobre los labios con el pulgar hacia arriba.

– “Dormir”: colocar ambas manos bajo la cabeza, girándola ligeramente hacia un lado.

– “¿Dónde está?”: encoger los hombros, con las palmas de las manos hacia arriba.