“Mira qué bien educado está ese niño…”Llama la atención encontrar niños y niñas que sepan estar tranquilos, quietos, que sean respetuosos a la hora de hablar y dirigirse a las personas… ¿Por qué nos sorprende cuando debería ser lo habitual?
Hay que hacerles conscientes de que los demás tienen necesidades que deben respetar
Hoy en día las familias no prestamos especial atención a este tema, y resulta, incluso, algo llamativo el plantearlo por haber pasado a un segundo planto desde hace ya tiempo. Pero cada vez más, la sociedad demanda buenos modales porque muchos consideran que los jóvenes actuales carecen de ellos.
Actualmente, se da prioridad al desarrollo cognitivo antes que al comportamental, Tener un hijo inteligente está, en muchos casos, por encima de los buenos modales. Muchos jóvenes son incapaces en pararse a pensar en los demás, siendo su «yo» su única prioridad. Alguno que otro saluda o da las gracias y, en estos casos, nos asombramos porque se ha comportado con educación, cuando ésto debería de ser la práctica habitual.
La situación a la que hemos llegado viene motivada porque actualmente se consideran los buenos modales simplemente como una imagen, un protocolo, un modelo a seguir. Pero es mucho más que eso, a través de ellos mostramos respeto hacia los demás. Por eso, nuestros hjios e hijas tienen que aprender a hacer las cosas bien, no sólo para respetar a los demás, sino, además, y muy fundamental también, para respetarse a ellos mismos.
Muchos niños y niñas tratan muy mal a sus progenitores, también a sus abuelos y abuelas. Esto es algo que no se puede permitir. Nunca deben faltar al respeto a una persona y mucho menos a sus familiares. Por eso, es tan importante centrar la atención en que no es solo imagen, va más allá, es, también, el modo en que aprenden a tratar las relaciones afectivas. Detrás de cada conducta hay un hábito que puede influenciar en un aprendizaje mal adquirido, en un vicio.
Por lo tanto, desde que son pequeños hay que educar a los hijos en los buenos modales. Para ello, las familias deben servirles de modelo y ser un ejemplo a seguir. Hay que hacerles conscientes de que los demás tienen necesidades que respetar.
Para que sean capaces de portarse bien es muy importante explicarles en qué consiste el «portarse bien». Deben saber qué se espera de ellos y qué se les está pidiendo y cuando lo consigan reforzarlo positivamente.
Ejemplos de buenos modales que les debemos de inculcar a nuestros hijos e hijas:
- Respetar a las personas.
- No gritar ni chillar y siempre intentar sonreír.
- Saber esperar sin necesidad de hacer uso de las nuevas tecnologías.
- Decir las cosas buenas de los demás, no las malas y menos delante de otros.
- Evitar las palabras malsonantes y ofensivas a los demás.
- Saber escuchar. No interrumpir a los adultos cuando están hablando.
- No chillar ni protestar a las personas mayores, prestarles atención.
- Valorar el trabajo de los demás.
- Saludar al entrar o salir de casa.
- Dejar pasar en la calle o al ir a entrar a algún recinto.
- Ceder el asiento a las personas que puedan necesitarlo.
- Dejar las cosas en orden, tanto en casa como en el colegio.
Todo esto requiere paciencia y tiempo, y sobre todo dedicación. Es algo que hay que ir trabajándolo con los años para hacerles conscientes de las necesidades de los demás y lograr que sean educados y respetuosos.
No es bueno escudarse en que no pasa nada porque se comporten de otra manera ya que son niños. Los niños y niñas necesitan moverse, expandirse, jugar, reír, e incluso hacer ruido, pero no deben hacerlo en todo momento y de cualquier forma, sino que deben saber cuándo pueden hacerlo y cuándo no. Y desde muy pequeños es cuando lo deben aprender. Por ser pequeños se piensa que es pronto y se les subestima pensando que no van a ser capaces, pero al contrario, es el momento de que aprendan a hacerlo bien.
Es muy importante que sea un objetivo de prioridad en la familia porque ayuda mucho al respecto y a la felicidad personal.