Como padres tenemos que ser capaces de distinguir cuándo la mentira casi es un juego y cuando se utiliza como mecanismos habitual de comportamiento. Las «mentirijillas» son saludables pero si nuestro hijo miente de manera constante debemos de averiguar por qué y a qué es debido.
Emociones
Edad recomendada de 4 a 12 años
Edad recomendada de 4 a 12 años
Cuando la mentira se convierte en un juego
Una pequeña mentira es razonable, cuando se convierte en permanente, tenemos que tomar medidas