La creatividad es una capacidad que todos poseemos, y que podemos desarrollar aún más si nos lo proponemos. Y no nos confundamos, la creatividad es mucho más que una herramienta profesional, es más bien una herramienta para la vida.
¿Qué es la creatividad?
Se considera a la creatividad como la capacidad de crear nuevas ideas a través de asociaciones nuevas o conocidas. La mayoría de la gente asocia este concepto con la originalidad y la innovación, y no están equivocados. Pero también, la mayoría de la gente asocia la creatividad con una capacidad con la que nacemos, como si hubiera gente más o menos creativa en el mundo, solo por cuestiones genéticas.
La realidad, es que todos nacemos con capacidad creativa, de crear. Puede ser que algunas personas hayan crecido en determinado ambiente o bajo ciertos estímulos que propulsan su creatividad desde temprano. Puede ser que el IQ juegue algún papel en esto también. Puede que haya factores innatos involucrados, pero lo cierto, es que la creatividad puede ser desarrollada, construida y aprendida (menos mal).
¿Cómo podemos ampliar la capacidad creativa?
Las personas más creativas son aquellas capaces de generar nuevas conexiones y “salir de la caja” de lo conocido o tradicional. Esto no anula para nada nuestro costado más analítico, calculador y organizativo, sino todo lo contrario: diversas operaciones internas se ponen en funcionamiento a la hora de crear. Es por ello que te dejamos algunas ideas que podemos poner en marcha en familia.
1. Exponerse a nuevas experiencias
Salir de nuestra zona de confort y experimentar cosas nuevas, puede ayudarnos a ver las cosas desde diferentes perspectivas y encontrar nuevas ideas o caminos hacia nuevas soluciones.
2. Buscar estímulos
Leer libros, escuchar podcasts y música, mirar películas, series, documentales, incluso algunos que no nos gusten tanto inicialmente o nos incomodan. La exposición a diferentes formas de arte y contenido son una gran fuente de motivación para estimular la creatividad. Así que ser intencionales en la búsqueda de estímulos que nos inspiren y nos provean de información de todo tipo, es una gran parte del proceso. Esa es la información que probablemente, luego asociemos para formar nuevas ideas.
3. Ejercicios de creatividad
Existen ejercicios específicos para ser más creativos. Escribir una historia a partir de una imagen, dibujar una canción, crear una lista de ideas para solucionar un problema, colorear mandalas, entre otros, son actividades que vale la pena practicar.
4. Mantener una mente abierta
Si nos limitamos a quedarnos dentro de nuestras propias ideas o maneras de ver el mundo, si no dejamos que otros de confianza nos critiquen y observen, nunca vamos a salir de la caja. Esto no significa elegir otras convicciones, sino más bien no limitar nuestras propias ideas o limitarnos a lo que otros puedan aportarnos. Abrirnos a aceptar diferentes puntos de vista y perspectivas, y encontrar valor en ellos es una gran conquista hacia la creatividad.
5. Asociaciones inesperadas
Entrenar la creatividad realizando conexiones entre ideas y conceptos que parecen no tener relación entre sí es una técnica de pensamiento lateral que puede ayudarnos a encontrar soluciones originales y creativas.
5. Curiosidad
La piedra fundamental de la creatividad. Hacer preguntas y tratar de entender cómo funcionan las cosas puede llevarnos a descubrir cosas nuevas y a tener ideas innovadoras. Aunque no siempre encuentres respuestas, nunca dejes de preguntar.
La creatividad puede hacer nuestras vidas un poco más felices. Quizás suena un poco raro pero es cierto. No solo se trata de ser más creativos en nuestros trabajos o estudios: poner nuestra creatividad de nuestra vida cotidiana y de nuestras relaciones, y encontrar soluciones originales es una gran manera de llevar adelante nuestras problemáticas diarias, y hasta con un poco más de personalidad incluso.