Los niños, actualmente, invierten un número de horas muy grandes conectados a las pantallas (televisión, tablet, móvil, etc.). Constantemente se habla de lo negativo que es para ellos este hábito adquirido. Asusta a muchas familias el hecho de que las utilicen, pero también es interesante analizar lo que esto aporta y los beneficios que tiene sobre los niños, porque también existen.
Es interesante analizar lo que esto aporta y los beneficios que tiene sobre los niños, porque también existen.
Las actuales pantallas generan una gran estimulación sobre los niños, desde edades muy tempranas. La tecnología es tan visual y contiene tanta animación que ayuda enormemente a la estimulación visual y auditiva de los niños, aunque es importante complementar esta estimulación con otro tipo de materiales educativos.
Por otro lado, potencia la motricidad fina cuando se hace un uso manual de ella.
A su vez, ayuda a desarrollar la imaginación y creatividad, fundamental para el aprendizaje y la vida.
Debido a estos beneficios que tienen sobre los niños es importante no negar su uso, pero si controlarlo y establecer unas normas de funcionamiento para que no se vean los beneficios mermados por los inconvenientes.
Es importante establecer unas normas de uso y funcionamiento pautadas por la familia y claramente comprendidas por los niños. Para ello, deberemos tener en cuenta los siguientes puntos:
- Es necesario que las normas sean claras y que incluso puedan dejarse escritas de algún modo para que todos las puedan ver.
- Asegurarse que realmente las han entendido: muchas veces, los hijos no hacen las cosas bien porque no han llegado a comprender el mensaje que los padres quieren transmitir o simplemente no saben cómo llevarlo acabo. Para esto, es importante, en los primeros momentos en los que se establece una norma, acompañarlos en su ejecución y ayudarles a cumplirla.
- Tener en cuenta que las normas que se establecen son necesarias y tienen un sentido. Por ejemplo, el hecho de controlar el tiempo que ven la televisión y lo que ven es importante porque los niños no tienen la capacidad de discernir entre la realidad y la ficción como puede hacer un adulto y llegan a creer todo lo que ven y escuchan.
- El uso que hagan de las pantallas influirá en la formación de sus valores y en su percepción del mundo y de la realidad social.
- Lo que vean en las pantallas les va a servir de modelo. Los niños son más propensos a imitar conductas agresivas que influirán notablemente en sus relaciones sociales.
- Al no saber gestionar adecuadamente la información pueden llegan a tener pesadillas por las noches. Para el adulto esto resulta complicado de averiguar porque no siempre se asocia la pesadilla a la información concreta que la ha generado.
- Será conveniente, por tanto, controlar y elegir los programas de televisión, aplicaciones informáticas, juegos, etc.
- Tratar de recurrir a actividades educativas y retrasar al máximo el uso de juegos para que no quieran sustituirlos por los juegos sociales, de equipo u otro tipo de juegos y evitar de este modo el aislamiento.
- Fundamental ser capaces de exigir el cumplimiento de las normas y revisarlas conforme pase el tiempo y, especialmente, conforme vayan creciendo ya que será muy diferente las necesidades que tengan según la edad.
- Otro aspecto clave es evitar que la televisión esté siempre encendida en casa y que no tengan como modelo constante a sus padres viendo la televisión. Este ejemplo generará un hábito familiar que no será positivo para ellos.
En conclusión, a pesar de que sea más sencillo dejar a los niños hacer un uso incontrolado de las pantallas, es conveniente marcar límites y no dejarles sólo en su uso.