¡Combate la distracción digital! Consejos para ayudar a tus hijos a conseguirlo

¿Preocupado por la dispersión que ocasiona el uso de dispositivos digitales? ¡Sigue estas recomendaciones!

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Atención y distracción son palabras enfrentadas. Nuestro cerebro tiene la capacidad para poner atención en algo concreto en un determinado momento. Sin embargo, también puede ser muy caprichoso y distraerse con facilidad. Esto sucede en todas las edades, pero cuando se trata de nuestros hijos, saltan las alarmas. ¿Qué podemos hacer? Sigue leyendo y encontrarás las claves y alguna estrategia para aplicar.

Es importante trabajar en el desarrollo de la atención voluntaria y establecimiento de rutinas

Entendamos a qué nos referimos con los términos atención y distracción.

  • La atención es un proceso cognitivo que nos permite tener presente una situación concreta y orientarnos hacia los estímulos que nos interesan, ignorando los que no.
  • La distracción, por su parte, es la acción de apartar la atención del objeto o situación al que debía aplicarla.

Durante el proceso de atención influyen muchas variables. Por ejemplo el proceso mental que da significado a los estímulos captados (percepción) o bien la cantidad y variedad de estímulos a los que nos enfrentamos (amplitud).

Sabemos que en nuestro día a día hay acciones que requieren toda nuestra atención, mientras que existen otras que podemos realizar casi de manera automática, “sin prestar atención”. Ello, evidentemente, también les sucede a nuestros hijos.

¿Cómo puedes ayudar a tu hijo o hija a evitar la dispersión y distracción digital??

Para ayudarlos a generar momentos de atención, debemos pensar en desarrollar la atención voluntaria. Es decir, la decisión para centrarnos en una actividad específica de manera consciente.

Estos consejos te ayudarán a poner en práctica pequeños ajustes en casa que, a largo plazo, te podrán ofrecer grandes resultados:

  • Monitorea la actividad de tus hijos

¿Qué rutinas siguen cuando llegan a casa? ¿Qué normas tenemos establecidas? ¿Dónde están ubicadas las tablets o dispositivos electrónicos? ¿Se los damos desde que los recogemos en el colegio o esperamos a llegar a casa?llegar.

  • Genera hábitos saludables

Muchas familias a día de hoy inscriben a sus hijos en actividades extraescolares con la finalidad de generar un hábito vinculado a la práctica deportiva o ejercicio. No solo debemos pensar en estas actividades sino cualquier otra que pueda convertirse en un hábito prácticamente automático. ¿A qué hora los levantamos? ¿Qué hacemos al llegar a casa? ¿Los horarios de alimentación se mantienen? ¿Dónde hacemos los deberes o tareas de la escuela? ¿En qué horario? Cualquier actividad que requiera menos fuerza de voluntad, implicará menos problemas o batallas y, por ende, nos permitirá ocupar la energía en otros temas, evitando la dispersión que puede generar el desorden o el tener que pensar cómo nos organizamos antes de empezar una tarea o actividad.

  • Controla el ambiente

Establece horarios para el uso de los dispositivos electrónicos y mantenlos alejados de su lugar de estudio o descanso. Si no estamos expuestos a la tentación de usar estos dispositivos tendremos menos oportunidades de distraernos con ellos.

  • Se flexible, ten paciencia y haz concesiones

Este es otro elemento clave. Debemos entender que hay normas y reglas, pero también existe la posibilidad de ser flexibles y entender aquellas excepciones que nos puedan pedir nuestros hijos o que realmente su cuerpo y emociones lo necesiten.

Debemos entenderlas como eso: concesiones y no permitir que se establezcan como un hábito. El mayor problema que tenemos en estos momentos con los celulares o teléfonos es que no hemos marcado horarios de uso para nuestros hijos. Sin la ayuda y el establecimiento de límites, les cuesta más ejercer tareas de autocontrol. Seamos también modelos de autocontrol para ellos, estableciendo normas también para nosotros. No hay nada más complejo que intentar establecer una norma con nuestros hijos que nosotros, como adultos, no somos capaces de cumplir.

  • Actitud positiva

Todos sabemos que un clima positivo refuerza actitudes optimistas, la autoestima e influye directamente sobre la percepción de las acciones. El aprendizaje y la motivación también se activan frente a una actitud positiva por lo que será importante desarrollar procesos donde hablemos sobre la interpretación de los hechos que tienen nuestros hijos y sus reacciones.

Una reacción excesiva de enfado y enojo frente a un fallo o fracaso puede ser un buen momento para verbalizar con ellos la situación, comentar y entenderla bajo una perspectiva y foco diferente.

  • Parones, oscilación

Sabemos que la atención es un recurso limitado, por tanto, es importante establecer momentos de descanso entre las actividades que realizamos o que requieren de mayor atención. Un tiempo prolongado de realización de tareas escolares cada tarde puede incurrir en desánimo por parte de nuestro hijo y eso, seguramente, repercutirá en sus resultados.

Lo que nos interesa es definir claramente los procesos y ayudarlo para que al realizar una tarea pueda centrarse en ella y acabarla en el tiempo que corresponde. Es importante evitar que pasen toda la tarde realizando una única tarea por lo que establecer tiempos de duración y recompensas sobre lo que podrá hacer al finalizarla puede convertirse en un gran aliado. Lo que nos interesa es fomentar la efectividad.

Evidentemente, todos sabemos que hay infinidad de variables que condicionan nuestro comportamiento y la forma como nos relacionamos con las actividades que realizamos. Además, sabemos con certeza por estudios vinculados con la neurociencia, que es imposible controlarlas todas, pero en esta ocasión, como padres, intentaremos crear de manera consciente las condiciones para mejorar los procesos de atención de nuestros hijos y así evitar la dispersión digital.

Trabajemos por tanto en el desarrollo de la atención voluntaria y en el establecimiento de rutinas, que nos permitan educar a nuestros hijos para que sean capaces de enfrentarse a la era de la dispersión digital con los recursos necesarios.

Mª Cristina Pérez Pietri

Pedagoga / Venezuela

Pedagoga en Gerencia Educativa. Máster en Multimedia y Educación de la Universidad de Barcelona.