Ejercitar el pensamiento creativo y ser capaz de resolver problemas son elementos claves en el aprendizaje. Conocer las técnicas básicas que ayuden a nuestros hijos en el desarrollo de estas habilidades es uno de nuestros retos como padres.
Los padres deben guiar a sus hijos en el proceso creativo
¿Qué sucede cuando un bebé de 9 meses, explorando el entorno, ha decidido llegar a colocarse en un rincón entre el sofá y la pared y no sabe cómo salir de allí? ¿O cuando ya tiene más de 7 años de edad y se encuentra bajo la presión social de los amigos y debe convivir con situaciones cotidianas que le hacen plantearse interrogantes?
Estos problemas, que a primera impresión parecen simples y sencillos de resolver, tienen una perspectiva diferente cuando se miran desde el punto de vista de un niño. El papel de los adultos en estas situaciones será de acompañamiento, pero también de guía para la resolución creativa de los problemas.
Plantear preguntas, permitir la experimentación libre, aportar elementos simples con los que jugar a diario y eliminar algunas reglas pueden ser aspectos que potencien la posibilidad de ejercitar el pensamiento creativo. Y es que la creatividad es un hábito que, como tal, debe cultivarse.
«Detrás de todas las innovaciones se encuentra la creatividad, por lo que las innovaciones surgen de un hábito.» R. Sternberg
Estamos sumidos en la idea de que los grandes creativos tienen un don, pero más allá de eso, estos líderes han decidido asumir una manera diferente de hacer las cosas, que no todo sigue un patrón y que el desarrollo del pensamiento va más allá de entender cómo se realiza una determinada tarea y replicarla. Es cuando podemos afirmar que la innovación surge siempre de un hábito, de una costumbre, de buscar, de explorar, de intentar cambiar de perspectiva y de no asumir respuestas automáticas frente a cada hecho.
El trabajo creativo requiere de la aplicación de 3 grandes capacidades: la analítica, la sintética y la práctica. El equilibrio entre ellas desarrollará la creatividad en el individuo.
Ahora toca responder cómo podemos ayudar a nuestros pequeños en la tarea de construir hábitos que les permitan desarrollar el pensamiento creativo y divergente.
Esto implica entre otras cosas:
- Realizar nuevas conexiones.
- Ampliar los límites del conocimiento.
- Plantear hipótesis.
- Permitir ambigüedades.
- Mantener la motivación hacia las tareas que realizamos.
- Afrontar el desarrollo y los procesos de aprendizaje de una manera posiblemente muy diferente a la nuestra.
Como padres, algunos de los siguientes procesos les ayudarán en esta tarea:
¡Imagina! Y sé libre
Permitir a los niños desarrollar sus propias ideas sin cuestionarlos, sin colocar límites, son elementos imprescindibles en este proceso. Ellos son capaces de hacer lo que piensan que pueden hacer, pero para ello deben intentarlo.
Nuestro papel es fomentar espacios en los que vuele la imaginación y no haya barreras ni obstáculos. Hay que permitirle practicar y tomar las riendas de su aprendizaje. Esa libertad fomentará el descubrimiento reforzando su autoestima y su autovaloración personal.
¡Enseñémosles a valorar lo que son y lo que pueden llegar a ser!
Las emociones nos movilizan
Cuando realizamos una actividad que nos gusta y nos motiva somos capaces de implicarnos y comprometernos al máximo con las tareas que ello suponga. La motivación genera emociones que nos impulsan y produce interés hacia aquello que hacemos. Ayudar a los niños a encontrar cuál es el talento o descubrir esa habilidad especial puede ser uno de los elementos fundamentales cuando queremos desarrollar en ellos procesos creativos. Mientras amen lo que hacen, buscarán implicarse con mayor ímpetu y los logros obtenidos dejarán huella en su memoria. ¡Eso los llevará siempre un paso más allá!
Un entorno estimulante
Realizar excursiones y paseos por entornos diferentes a los habituales permite integrar nuevos elementos en nuestro pensamiento y estructuras mentales. Todo ello enriquece y ofrece nuevas perspectivas que ayudarán a fomentar la explicación y las conexiones entre conceptos, conocimientos y sobre todo experiencias.
Empatía («ponerme en los zapatos del otro”)
Debemos potenciar en nuestros niños la habilidad para conectar emociones, sentimientos, ventajas y desventajas y disponer de perspectivas variadas y análisis diferenciados. No es tan sólo saber cuál es la posición de otra persona, es poder vivirlo en primera persona y tomar decisiones teniendo en cuenta esos aspectos.
El que persevera, vence
En los procesos creativos la persona siempre es cuestionada por alguien. Nuestra tarea es ofrecer apoyo a nuestros hijos para que busquen aquello que desean y no se rindan en el camino. La perseverancia y la persistencia es lo que hará la diferencia frente al logro de aquello que quieren. Nuestra tarea fundamental será apoyarlos para mostrarles que el camino no es fácil pero que si lo intentan, ¡pueden conseguirlo!
Pero… ¿cómo es eso?
Cuestionar elementos es, sin duda, una parte del proceso de aprendizaje y desarrollo de los niños. De pequeños, pasan por etapas de crecimiento donde todo el tiempo están tratando de descubrir y conseguir respuestas; tanto, que más de un padre y madre llega a desear que dejen de preguntar.
Sin embargo, si nuestro foco es acompañarlos y servirles de guía para que desarrollen el pensamiento creativo, la posibilidad de cuestionarse determinados aspectos es uno de los grandes retos. Nuestro papel fundamental no está en responder a las preguntas que ellos planteen, sino ayudarlos a analizar cómo deben formular buenas preguntas y cómo pueden llegar a las respectivas respuestas.
Definiendo y redefiniendo problemas
Permitir la posibilidad de elección es uno de los grandes retos que tenemos cuando queremos desarrollar el pensamiento creativo en los niños. Nuestra naturaleza nos lleva a seleccionar caminos u opciones, a tomar decisiones y en más de una ocasión, a cometer errores. Pero podemos crear una diferencia: podemos promover el planteamiento de problemas, la selección de posibles soluciones y sobre todo, la posibilidad de replantearse las rutas para conseguir los mismos objetivos.
Los procesos analíticos estarán desarrollando una parte esencial de las capacidades necesarias para fomentar la creatividad y por tanto conseguir validar las ideas creativas que aparezcan en el camino.
REFERENCIAS:
Sternberg, Robert and Willians, Wendy. How to Develop Student Creativity