Las nuevas tecnologías son realmente beneficiosas en muchos ámbitos y han mejorado nuestra vida social, personal o laboral. Su introducción en la educación ha sido constante en los últimos años, aunque por sí sola no ayuda sino va acompañada de una buena metodología y contenidos de calidad.
Las metodologías educativas cambian y las nuevas tecnologías forman parte de ellas… ¿Es algo bueno o no?
Desde hace unos años, la mayoría de los colegios, institutos, universidades y centros académicos se han puesto manos a la obra en materia de modernización y renovación de los materiales educativos, incluyendo las nuevas tecnologías dentro del currículo escolar para acercarse a los alumnos y lograr que las clases sean más atractivas y motivantes para ellos.
Y es que lo que está claro es que los chicos de hoy en día no son como los de hace 40 años, y conseguir que se interesen por las clases y las materias escolares es más complicado. Antes se usaba el método de estudiar y repetir, pero ahora se busca la comprensión de lo que estudia y, sobre todo, que se sienta interesado y quiera saber más. Una buena manera de lograrlo es con el uso de herramientas digitales con las que se sienten familiarizados y motivados.
Todos los expertos en materia de educación coinciden en que las nuevas tecnologías efectivamente pueden mejorar la educación, siempre que no se deje todo el peso en las mismas y que los profesores controlen el material y las herramientas empleadas. Al igual que en la vida personal los padres debemos de controlar el uso de internet y otras tecnologías para evitar problemas, lo mismo debe pasar en clase con los profesores.
La tecnología debe suponer un recurso más y se deben buscar plataformas, herramientas y aplicaciones específicas del ámbito de educación (cada vez más y más completas). No basta con decir que usen internet para buscar la información que necesitan, hay que enseñarlos a buscar y saber distinguir la información válida de la que no lo es.
Clases virtuales, chats para dudas con el profesor, clases magistrales de profesores del otro lado del mundo, interacción con alumnos de otros países… las posibilidades son muchas y muy beneficiosas para el desarrollo personal y escolar de los chicos, pero siempre que se controlen por el profesorado y se usen de manera adecuada.