Nuestro hábitos de comportamiento han cambiado y aunque parezca que seguimos teniendo el mismo tiempo a lo largo del día (24 horas), las jornadas se han modificado por completo, dándole prioridad a elementos muy diversos. Todo esto cambia nuestra percepción sobre el mundo que nos rodea y los jóvenes lo tienen muy claro. Para ellos, cada minuto cuenta, pero de un modo diferentes a cómo contaba para nosotros cuando éramos adolescentes.
Los millennials y la generación Z utilizan Internet para relacionarse, informarse y entretenerse
Algunas de las siguientes premisas definen a nuestros jóvenes con relación al uso que realizan de Internet:
- Se acabó el esperar semana tras semana que estrenen el capítulo de la serie a la que estás enganchado, mañana se estrena toda la temporada en Netflix y en dos días ya están buscando otra serie de moda: aquí y ahora.
- Acaban de salir de la universidad, encuentran su primer trabajo a media jornada relacionado con sus estudios, y se preguntan ¿por qué estudiar un máster presencial?, si lo puedes hacer online: aquí y ahora.
- Buscan un libro interesante, pero para adquirirlo hay que ir a la parada del metro, esperar al próximo, llegar a la tienda, verificar si lo tienen y volver a casa. ¿Por qué “perder el tiempo”, si lo pueden aprovechar para hacer cualquier otra cosa?, inmediatamente piensan en Amazon, que en dos horas puede traerlo a casa: aquí y ahora.
- Planean una cena con los amigos y quieren dividir la cuenta. En lugar de pagar cada uno crean un grupo en Verse y en un momento tienen todo el dinero en una misma cuenta al instante: aquí y ahora.
Ellos están conectados todo el tiempo a sus Smartphones aprovechando todos los recursos que les proporciona Internet. Quieren situarse al frente de las startups, de los nuevos retos. Son emprendedores natos y se atreven a plantear nuevos modelos de negocio a través de técnicas o metodologías innovadoras. Para ellos, Internet es la perfecta definición del aquí y ahora, por ello se centran en trasladar esa inmediatez al mundo real: vídeos on demand, la forma de buscar trabajo, la compra de artículos, las relaciones con otros, todo lo que quieren y desean lo intentan adaptar al formato “aquí y ahora”.
Estamos ante una generación flexible, que no quiere ataduras y que prefiere suscribirse a servicios e invertir en vivir experiencias. En el campo educativo, algunos son autodidactas gracias a la cantidad de información disponible en Internet o tutoriales de YouTube y suelen comprender los procedimientos rápidamente. En el campo laboral, prefieren un buen ambiente laboral a la seguridad de continuidad en la empresa. No les preocupa volver a empezar y en cuanto sienten que algo no les satisface lo dejan de lado para buscar un cambio.
Ahora bien, en el entorno familiar nuestro mayor reto será establecer rutinas y mostrarles la importancia de respetar los tiempos en cada proceso sin que ello genere frustración o desencanto. Por ejemplo, si quiero tomar un té debo seguir un proceso: hervir el agua, medir la cantidad de té y respetar los tiempos para la infusión. Estos pasos serán claves para obtener un resultado u otro. Si no disponemos de tiempo para realizar la infusión o hervir el agua entonces la solución será ir a tomar un té listo para servir. Los resultados son diferentes en un caso u otro, con lo cual, si nosotros como padres dejamos claro lo que queremos, ellos podrán tomar conciencia sobre el tiempo que requiere cada proceso.
La clave está en definir lo que se espera de ellos, valorar sus opiniones o comentarios, de inculcar que cada acto tiene consecuencias y, sobre todo permitirles cierto grado de flexibilidad en las tareas que realizan (flexibilidad que no debe ser confundida con libertad o libertinaje, sino que sea negociada entre todos). Si conseguimos transparencia y logramos que sus motivaciones queden solventadas, se comprometerán con aquello que realizan y todo será más sencillo. ¡Ese es nuestro gran desafío!
No sabemos cuál será la motivación de la siguiente generación, pero lo que sí sabemos es que los nativos digitales tienen una visión muy diferente de la vida de la que estábamos acostumbrados. Por el momento, el “aquí y ahora” seguirá marcando la evolución de la mayoría de los servicios, de los trabajos, de los negocios que conocemos, de los procesos de aprendizaje y de las relaciones interpersonales. Solo debemos acompañarlos para ofrecerles consejos y los conocimientos que la experiencia nos puede brindar.
¡Nuestros jóvenes serán los responsables de transformar el mañana!