Niños “ciberexpuestos”

En menores de 8 años ha aumentado el uso del tablet del 1% al 42%, lo que supone unos 48 minutos diarios, según datos de Common Sense Media

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A cierta edad, las muñecas y los juegos de mesa tradicionales pasan a un segundo plano y es normal que los niños quieran jugar con los móviles, tablets, smartwatchs o juguetes con conexión a internet.

Hasta aquí, nada raro, pero siempre con control para evitar problemas de ciberseguridad.

Los dispositivos móviles pueden ser beneficiosos y útiles si se saben usar y controlando la seguridad

Las nuevas tecnologías no son malas en sí, de hecho, pueden ser muy útiles y beneficiosas y ayudar al desarrollo del niño. El problema radica en hacer un mal uso de las mismas: abusar de ellas o no tener cuidado con los contenidos y aplicaciones a los que pueden acceder los niños a través de ellas y que pueden dar lugar a problemas de ciberbullying, phising, robo de datos personales o de imágenes privadas, etc.

Y aunque nos parezca que los niños saben mucho de tecnologías ya que han nacido con ellas, lo cierto es que no son conscientes de todos estos riesgos, por lo que debemos ser los padres los que controlemos el uso y acceso de los niños a internet.

Y es que según datos de Common Sense Media, en los últimos seis años cada vez son más los niños menores de ocho años que tienen tablet propia y han pasado de utilizarla un 1% a un 42%, lo que supone unos 48 minutos diarios. Además, son muchos otros los regalos tecnológicos que han triunfado este año en Navidades, como los smartwatch o pulseras inteligentes, móviles o tabletas y muñecos conectados a internet. Muchos están pensados para niños desde los 3 hasta los 8 años, pero tienen prestaciones como cámara de fotos, servicios de localización, ubicación y transferencia de datos por Bluetooth que pueden poner en peligro al niño.

Por eso, si este año le has regalado a tu hijo alguno de estos juguetes tecnológicos, debes tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Smartwatch o pulseras inteligentes: Cuentan con utilidades como cámara y transferencia de datos, combinación peligrosa si se manipula sin supervisión de un adulto ya que esas fotografías pueden ser interceptadas por un tercero y terminar en la red.
  • Móviles y tabletas: Generalmente se compra la versión convencional, no una especial para niños, por lo que tienen todas las aplicaciones normales. En este caso hay que colocar un control parental que impida el acceso a ciertas webs, restrinja ciertas búsquedas y evite el acceso a contenido adulto. Además, hay que instalar antivirus y sistemas de protección contra espionaje o acceso de terceros a la red wifi o al dispositivo.
  • Juguetes con conexión a internet. Estos juguetes, además, suelen conectarse a una app por medio de Bluetoooth para controlar las actividades del juguete, por lo que hay que tener cuidado para que un tercero no se conecte al mismo juguete y obtenga datos del niño a través del mismo.

Compartir en Familia

Redacción / España

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