Tecnología saludable: Estrategias para autorregularnos en el uso de pantallas

Por una vida digital sana

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Poca gente es la que hoy no tiene contacto con pantallas de manera diaria y cotidiana. La pregunta es ¿Cómo es nuestra relación con la tecnología?¿Es saludable o puede serlo aún más?

Todos somos conscientes de que las pantallas poseen un factor un tanto “adictivo”, que nos puede dejar preguntándonos a dónde se nos fue el tiempo luego de horas de tan solo scrollear para abajo en Instagram. Pero, no porque seamos conscientes de la existencia de esta realidad se hace más fácil que la regulemos. 

La realidad es que hoy por hoy, el algoritmo de las redes sociales y otros consumos de pantalla están pensados y orientados a que no saquemos la vista o las manos de encima a este tipo de fuente de entretenimiento. A su vez, también es real que necesitamos aprender a relacionarnos de forma saludable con las pantallas, justamente para eso: para mantener obtener o mantener una buena calidad de vida, en todo sentido. Más allá del término “adicción” (con el que quizás no nos sintamos identificados), la cuestión es que la mayoría de nosotros estamos acostumbrados a pasar mucho tiempo con dispositivos y pantallas, ya sea para entretenernos, relajarnos y hasta relacionarnos.

Es por esto que, autorregular el uso de pantallas no es cosa menor: es fundamental para mantener un equilibrio saludable en nuestra vida digital. Te dejamos algunas estrategias a considerar en pos de acercarnos a la autorregulación del consumo digital: 

 

  • Puesta de límites: Fijar un límite diario o semanal para el tiempo que pasamos frente a las pantallas puede resultar un tanto tedioso al principio, pero puede ser el comienzo de un cambio muy positivo. Ya sea de forma analógica y gráfica, con agenda en mano o papelitos de recordatorio; o de manera digital, utilizando aplicaciones, alarmas o configuraciones en los dispositivos para recibir recordatorios cuando alcances esos límites; puede constituir un gran primer paso, diseñado a la manera de cada uno. 

 

  • Pantalla cero: Designar ciertos momentos del día o días específicos en los que no directamente no utilicemos dispositivos electrónicos suena drástico, si. Pero por radical que parezca, puede ayudarnos a desconectar verdaderamente, en momentos como las comidas, antes de acostarte o durante actividades al aire libre, para así poner el 100% de nuestro foco en nuestras actividades, en otros y en nosotros mismos.

 

  • Zona libre de tech: Sí quizás los tiempos de pantalla cero no nos sirven tanto, no son nuestro estilo o quisiéramos agregar a eso, mantener áreas en la casa en donde esté “prohibido” el uso de dispositivos electrónicos, como el dormitorio o la mesa del comedor, puede ser una estrategia diferente para promover la interacción cara a cara y el descanso adecuado.

 

  • Actividades alternativas: Encontrar actividades, hobbies o pasatiempos que disfrutes y que no requieran el uso de pantallas puede contribuir a la desintoxicación y autorregulación: Leer, hacer ejercicio, dibujar, cocinar, socializar con amigos y familiares en persona, son solo algunas ideas básicas como para arrancar. 

 

  • Autoevaluación: Hacernos un auto chequeo regular es algo saludable en general para nuestras vidas. En este caso, reflexionar sobre nuestro propio comportamiento frente a las pantallas, confrontarnos a nosotros mismos y hacernos un par de preguntas difíciles, puede ser tanto necesario como beneficioso: ¿Uso las pantallas de manera productiva, por trabajo o solo por hábito?¿Cuánto tiempo real paso en frente de pantallas?¿Puedo dejar el celular o tengo el hábito de mirar regularmente la pantalla?¿Puedo hablar con otros, poner atención y desconectarme completamente de mis dispositivos? Si estos interrogantes nos movilizan hacia la acción y no a la culpa, pueden ser buenos trampolines para movilizarnos hacia un ajuste de hábitos, de ser necesario. 

 

  • Buscar apoyo: Compartir nuestras metas de autorregulación con amigos o familiares y pedirles ayuda y apoyo para mantenernos responsables puede hacer mucha diferencia. Puede ser incluso, una forma de “rendir cuentas” a alguien de confianza, que no nos juzgue sino que nos acompañe, sobre nuestros progresos, dificultades y sobre el camino de autorregulación que estamos transitando. 

 

Estas son solo algunas de muchas otras estrategias e ideas para acercarnos a la tecnología de manera más saludable, para autorregularnos y para ser nosotros quienes hacemos uso de ella y no al revés. La clave está en hacernos esas preguntas difíciles y quizás poco gratas incluso, para evaluar cómo estamos con el tema, y así poder elegir las estrategias que más se ajusten a nuestro estilo de vida y estilo personal es pos de vivir una relación sana con las pantallas. 

Heliana Moriya

Docente de música de niveles inicial, primario y secundario

Psicopedagogía