¿Quién no ha jugado con plastilina alguna vez en la infancia? Y es que este material nunca pasa de moda y a todos los niños les encanta divertirse moldeando con plastilina. Pero, además de entretener, fortalece su motricidad fina, fomenta la imaginación y ayuda al niño a estar tranquilo y relajado.
Todas las actividades artísticas son muy beneficiosas para el desarrollo de los niños y niñas
La plastilina es un material ideal para entretener a los niños durante largos ratos y jugar con ellos, por eso se emplea en muchas guarderías y colegios en los primeros años de Educación Infantil. Y es que este material fácilmente moldeable y de colores permite a los pequeños dejar volar su imaginación y obtener muchos beneficios:
1- Fomenta la creatividad y la imaginación. Sin duda el beneficio más obvio ya que con la plastilina pueden crear todo tipo de objetos y figuras reales o imaginadas, mezclar los colores y crear sus propios mundos de fantasía y juego.
2- Desarrolla la motricidad fina. El estirar la plastilina, mezclarla o hacer bolitas con ella son ejercicios que mejoran la fuerza y destreza manual de los niños, lo que les ayudará a más tarde a coger un lápiz y pintar o escribir.
3- Favorece la concentración. La plastilina ofrece metas a corto y largo plazo (como hacer una figura y construir para ella un pueblo entero), lo que mantiene al niño concentrado mucho tiempo, favoreciendo su posterior concentración cuando tenga que hacer tareas más complejas o aburridas.
4- Entretiene al niño mucho rato. Los niños pequeños se cansan enseguida de cualquier juego o actividad y hay que estar buscando entretenimiento cada 5 minutos. Frente a eso, la plastilina es un juego con el que pueden estar jugando mínimo 30 minutos, lo que es bueno para ellos y para los agotados papás.
5- Ayuda en el aprendizaje de los colores. Una de las características principales de la plastilina son sus vivos colores y lo mucho que disfrutan los niños mezclándolos y viendo el color resultante. Eso ayuda a los pequeños a aprender los colores, algo que no siempre es sencillo.
6- Fortalece la autoestima. Ser capaz de hacer una figura con la plastilina y sentirse orgulloso del trabajo hecho mejora la autoestima del niño, especialmente si al acabar le dices lo bien que le ha quedado.
7- Ayuda al niño a estar tranquilo. La plastilina es una actividad ideal para momentos de estrés o cuando el niño está inquieto y nervioso. Jugar con plastilina obliga a estar concentrado, sentado, quieto y tranquilo, lo que ayuda a calmar al niño y rebajar su estado de nervios.
8- Mejora el lenguaje. Como cualquier otra actividad, jugar con la plastilina amplía el vocabulario del niño al aprender nuevos conceptos y nuevas palabras según el tema elegido. Por eso es importante que juegues con él y comentéis lo que hacéis y por qué.
9- Favorece la resolución de problemas. El niño se enfrenta a pequeños dilemas constantemente al tener que decidir cómo hace las patas del caballo o qué colores usa para cada figura. Eso le permite aprender a resolver problemas por sí solo y buscar soluciones.
10- Fomenta el trabajo en equipo. Si juega con otros niños y familiares a crear un mundo entero de plastilina, les ayuda a trabajar en equipo y colaborar con los demás para conseguir hacer su mundo.