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Complejo de Electra y Complejo de Edipo

Ambos complejos implican una mayor atención hacia el padre o la madre, según el sexo del niño

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Tanto el Complejo de Electra como el de Edipo son comunes en ambos sexos y suponen una etapa normal en el desarrollo psicosexual de los niños al que no hay que dar importancia, aunque sí que debes saber cómo debes actuar ante el “amor” que demostrarán por su padre o su madre mientras dure.

Son fases normales en el desarrollo de un niño que surgen en torno a los 3 años

Niños y niñas tienen “mamitis” desde que nacen hasta los 3 años, más o menos, ya que el vínculo creado con su madre en el útero y en estos primeros años de vida es muy fuerte. Y aunque este vínculo no desaparece al llegar a esta edad, es posible que cambie, sobre todo si hablamos de una niña con respecto a su madre.

El complejo de Electra

Hacia los 3 años de edad, las niñas pasan de repente de estar colgadas todo el día de las faldas de su madre a inclinarse más por los cariños de papá. De un día para otro, quieren que sea su padre el que las bañe, les dé de comer, juegue con ellas… Se vuelven muy cariñosas con él e incluso hablan de casarse con él.

Este “amor” por su padre les puede llevar incluso a ser más ariscas con su madre y darle de lado ya que se dan cuenta de la relación romántica que hay entre sus padres y ven a su madre como un rival.

Aunque puede resultar un poco extraño para la madre e incluso puede dolerle esta actitud de su hija hacia ella, no hay que ponerse celosa ni tomárselo a mal ya que es una etapa normal que cumple una importante función en el desarrollo psicosexual de la niña. De repente se da cuenta de que hay diferencias entre ambos sexos y empieza a imitar a su madre, incluido en el aspecto romántico de tener un marido. Como su padre es su principal referencia masculina, decide que está “enamorada” de él y que debe casarse con él.

El complejo de Edipo

Es igual que el de Electra solo que hace referencia al enamoramiento del niño hacia su madre. Entre los 3 y los 5 años surge este sentimiento del niño que se vuelve acaparador hacia su madre. La idealiza y compite con cualquier varón que se muestre cariñoso con ella, generalmente el padre, hacia quien se muestra poco cariñoso y desobediente.

Los sentimientos positivos hacia su madre se expresan mediante mimos, abrazos, besos, regalos de amor como cartas, dibujos o flores, busca estar siempre con ella y le dice frases como: “soy el que más te quiere del mundo”. A la vez que muestra hacia el padre enojo, rabietas, es desobediente con él y puede llegar a decirle frases desagradables.

¿Cómo actuar?

En ambos casos se debe actuar de manera similar ya que el proceso es el mismo y esta etapa pasa sola en un par de años:

  • No le des mayor importancia. Si todo va bien, el niño o niña acabará por darse cuenta de que la madre o el padre es el preferido, buscará otro amor y dejará esa fase.
  • El otro padre no debe sentirse celoso, tiene que entender que es una fase normal.
  • Tampoco se debe adoptar la actitud contraria y dejar de mostrar cariño hacia el padre o la madre para que el niño no se enfade. Se debe seguir actuando de manera habitual.
  • No es conveniente que la figura de la que está enamorada sea siempre el poli bueno. Los padres deben mostrarse unidos ante las normas y actuar al unísono.