El efecto Matilda y la importancia en la educación de nuestros hijos e hijas

Looking at molecular structure model.
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En el marco del Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, nos proponemos presentar el «efecto Matilda» un concepto que busca promover los hallazgos de brillantes científicas a lo largo de la historia, ya que la falta de referentes femeninos tiene un impacto en las aspiraciones profesionales de las niñas que se traduce en una menor presencia en las carreras STEM.

Una historia determinada por referentes masculinos

Podemos asegurar, sin temor a equivocarnos, que la Ciencia ha dado enormes pasos a lo largo de su historia gracias a referentes como Schrodinger, Einstein, Tesla o Newton, por citar solo algunos ejemplos.

Aún así, probablemente nos cueste imaginar un escenario en donde estos grandes inventores hubieran podido alcanzar semejante reconocimiento y prestigio si en su tiempo hubieran sido mujeres y no hombres, ¿verdad?

Es más: si pensamos rápidamente en los 5 nombres de científicos conocidos popularmente en la historia, difícilmente incluimos el nombre de una mujer, o al menos en el caso de la amplia mayoría.

En la actualidad, las mujeres representan el 28% del alumnado en carreras científicas, según la Unesco.  En las carreras STEM -Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas- la desigualdad se sitúa en matemáticas en solo el 12%

Nunca es tarde para inspirar

Es cierto que existen pilares femeninos indiscutibles en el ámbito científico como Marie Curie o Lise Meitner, aunque en el caso de ambas tuvieron que luchar arduamente por “ganarse” ese espacio en la historia. A lo largo de los siglos, la mujer no ha podido tomar crédito de muchos de sus aportes históricos o al menos no lo ha logrado naturalmente.

De hecho, han existido y todavía existen casos donde muchos científicos hombres se adjudican descubrimientos o progresos originalmente de mujeres científicas.

Esta fuerte tendencia a la invisibilización del trabajo científico femenino se conoce como “Efecto Matilda”. ¿Y de dónde surge este nombre? En honor a una activista norteamericana del siglo XIX llamada Matilda Joslyn Gage.

En 1852, esta escritora decidió por primera vez pronunciarse en favor de los derechos de las mujeres en una convención en Nueva York. Tiempo después, ella misma presidiría la Asociación Nacional pro Sufragio de la Mujer.

Su liderazgo se lo recuerda por ser muy férreo y tenaz. Por ejemplo, en cierta ocasión donde un grupo de policías amenazó con desmantelar sus actividades “ilegales”, Matilda defendió a la Asociación con argumentos muy contundentes que lograron finalmente convencerlos.

Además de ser una pionera en materia de la lucha por los derechos de la mujer, fue Gage quien advirtió esta enorme desigualdad laboral en el ámbito científico, producto de la cultura del patriarcado hace más de 150 años.

Desde entonces, muchas mujeres profesionales continúan abogando por sus propias conquistas en el rubro científico. Algunas han logrado efectivamente algunos avances, pero a pesar del notorio cambio cultural respecto a la Igualdad de Género, el efecto Matilda persevera a día de hoy y con mucha fuerza.

#NoMoreMatildas

Felizmente, existe en la actualidad un movimiento que ha decidido no quedarse de brazos cruzados. A raíz de estas circunstancias, la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas creó la campaña “#NoMoreMatildas”. Con esto se busca rastrear y encontrar aquellas “matildas” invisibilizadas a lo largo de la historia para publicar su trabajo y alcanzar su justo reconocimiento.

Tal es el compromiso educativo de la Asociación que se han propuesto confeccionar un libro de escuela primaria incluyendo sus aportes al día de la fecha. Además, actualmente se encuentran editando una selección de cuentos que se animan a imaginar las hipotéticas historias de “Matilda Einstein”, “Matilda Schrodinger” y “Matilda Fleming” para una mayor toma de conciencia al respecto.

A su vez, esta misma organización se propone inspirar la vocación científica en las niñas y adolescentes para que sean las futuras profesionales que cambien el rumbo de la herencia cultural que ha lastrado la historia.

Joaquín Sombielle

Licenciado en Psicología

Docente de piano y lenguaje musical