¿Cómo podemos enseñar a nuestros hijos a identificar a personas extrañas? ¿Es bueno que los niños hablen con desconocidos? Todos los días ven personas desconocidas en el barrio, en las tiendas, en el autobús, en la calle, etc. ¿Qué deben hacer cuando ven a un desconocido?
Es importante no trasladarles miedo ni hacerles desconfiados ni inseguros
No todos los extraños son peligrosos. Educar a los niños con la percepción de que los extraños son peligrosos es muy arriesgado porque se puede fomentar en ellos un miedo a los desconocidos y una introversión personal que no favorece a la relación social.
Es importante que sepan que puede haber personas que no conozcan que sean buenas, pero otras que no lo serán tanto.
¿Cómo enseñarles a reconocer a un desconocido que pueda ser peligroso?
No se trata de que sepan distinguir entre personas extrañas buenas o personas extrañas no buenas, puesto que ni los adultos a veces somos capaces.
Las apariencias no son un buen criterio para poder saber si alguien es peligroso o no. Lo importante es que sepan el tipo de cosas que pueden hacer:
- Pueden saludar: es un acto de educación.
- No pasa nada por contestar si les preguntan.
- Estar en un mismo sitio: no es necesario alejarse ni apartarse. Por ejemplo, cuando esperan el transporte público.
- Pedir ayuda si les surge necesidad, siempre, tratando de que haya más personas delante.
- Si se pierden en la calle, en la playa, en un supermercado, etc., acudir a personas con puestos públicos de responsabilidad como socorrista, guarda de seguridad, policía, etc.
Lo que debemos enseñarles que no deben hacer es lo siguiente:
- Dar información personal: dónde viven, quiénes son su familia, el colegio al que van, a dónde se dirigen o lo que van a hacer en ese momento, etc.
- Aceptar cosas que les den: ni objetos ni comida. No sabemos si puede ser peligroso. A pesar de que pueda tener buena intención la persona desconocida, como no es fácil saberlo es mejor no arriesgar y saber decir que no de manera educada.
- Apartarse o alejarse del grupo de personas: nunca deben irse con desconocidos a solas ni a sitios apartados y, por supuesto, no ir en ningún vehículo.
- Hacer algo que implique desobedecer de sus padres.
- Si les piden hacer algo que le hagan sentir incómodo o incómoda.
En caso de que se encuentren en alguna de estas situaciones que realmente sean arriesgadas y que sientan el peligro es muy importante enseñarles a reaccionar ante ello:
- Saber decir que No.
- Huir del lugar.
- Gritar fuerte si fuera necesario.
- Explicar a un adulto de confianza lo ocurrido. No deben tener miedo a contarlo. Por ello, es muy importante que tengan confianza y muy buena comunicación con sus padres para que puedan contarlo y expresarlo, sin sentir miedo a poder ser reñidos. Simplemente, que se sientan escuchados, aliviados y darles solución ante ello.
No es fácil prevenir estas situaciones, pero sí es bueno tratar de hacerlo ayudándoles a que lleven a cabo las siguiente medidas:
- Que transmitan siempre dónde va a estar para que los padres puedan tenerlo controlado.
- Enseñarles cuáles pueden ser los lugares más seguros para jugar en su propio pueblo, barrio o ciudad.
- Animarles a que jueguen en grupo y que siempre haya gente cerca de ellos para lo que puedan necesitar.
Por lo tanto, lo importante no es trasladarles miedo ni hacerles desconfiados ni inseguros, sino saber tener precaución a la vez que aprenden a relacionarse y crear autonomía e independencia.