¿Está tu hijo preparado para dar el salto a Primaria?

Existe un salto muy significativo entre Infantil y Primaria, especialmente por el tipo de exigencias hacia el alumno a nivel de adquisición de aprendizaje

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El paso de Infantil a Primaria es un periodo que a muchos niños y niñas les puede estresar. Supone para ellos un cambio importante en relación con la asimilación de contenidos, ya que en muchos casos, no están preparados y por lo tanto les cuesta interiorizarlos. Por ello, es frecuente que en esta etapa aparezcan ciertas alertas o señales de que, en alguna materia o destreza determinada, los niños no están llevando un ritmo adecuado o incluso están estancados.

 

Es importante trabajar conjuntamente con los docentes

Generalmente, estos primeros indicios suelen ser detectados por parte de los profesores, siendo ellos quienes transmiten a la familia su percepción o análisis de la situación. A la familia le puede resultar duro recibir, por parte del profesor, información de este tipo y pueden llegar incluso a no creerla o aceptarla. Es importante saber aceptar la situación con el fin de poder poner soluciones.

Si es la familia la que percibe ciertas situaciones que le producen duda del ritmo de aprendizaje que está llevando alguno de sus hijos es interesante que lo comparta con el tutor y profesores del centro escolar. De este modo podrán intercambiar información y determinar si las señales son reales o no y si es necesario establecer un sistema de trabajo.

Una vez que está claro que existe una dificultad en el ritmo de aprendizaje, recomendamos seguir las siguientes pautas:

  • Solicitar ayuda externa y profesional.
  • Determinar si las dificultades son simplemente de desarrollo o van unidas a una sintomatología asociada a una dificultad concreta: esto es importante, no tanto, para dar nombre a la dificultad, sino para conocer bien cómo debe trabajar. Es muy importante ir a la raíz del problema y conocer en qué aspectos hay que incidir.
  • Llevar a cabo un Programa Psicopedagógico específico y personalizado para el alumno.
  • Es importante que las familias estén en continua comunicación con el centro educativo y el Centro Psicopedagógico.
  • Establecer una coordinación entre los diferentes agentes implicados: centro educativo, centro psicopedagógico y familia.

En conclusión, en el momento que se detecten pequeñas señales de alerta es conveniente tratar de poner soluciones y no pensar que con el tiempo ya se pasarán, puesto que, en ese intervalo de tiempo, está en juego la autoestima y motivación del niño hacia el aprendizaje.

María Campo Martínez

Pedagoga / España

Licenciada en Pedagogía. Diplomada en Magisterio de Educación Infantil. Asesora de Eduka&Nature.