La disfasia o los problemas de comprensión y expresión

Afecta al nivel expresivo y compresivo del lenguaje

disfasia
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La disfasia es un desorden del desarrollo del lenguaje que provoca problemas de comprensión y expresión. Si no se trata a tiempo puede causar retraso en el aprendizaje y otras consecuencias psicológicas para el niño o niña. Sin embargo, con la ayuda de profesionales y el apoyo de la familia, podrá superarlo sin dificultades.

Es más frecuente en niños que en niñas

Existen una serie de trastornos que se agrupan generalmente bajo el término de «trastornos específicos del aprendizaje” y que  surgen de alteraciones de los procesos cognoscitivos. Los más habituales son los que hacen referencia a la adquisición de la lectura (dislexia), a la escritura (disortografía), el  cálculo (discalculia) y el lenguaje oral (disfasia).

Estas alteraciones las padecen entre un 4 y un 6% de los menores y son mucho más frecuentes en niños que en niñas. En un primer momento pueden pasar desapercibidas y no tienen una explicación relacionada con la falta de inteligencia, con un ambiente socioeconómico desfavorecido o con un gran problema psicoafectivo. Tienen un origen neurobiológico y corresponden al hecho de que ciertas zonas del cerebro no se han desarrollado correctamente durante el periodo prenatal.

La disfasia provoca problemas de comprensión y expresión. Las personas que la padecen tienen dificultad para encontrar las palabras adecuadas, usan expresiones que no tienen sentido en ese momento o les cuesta entender lo que dicen los demás.

Investigaciones recientes apuntan a que la disfasia refleja una variedad de disfunciones en las rutas cerebrales necesarias para la correcta comprensión, desarrollo y programación del lenguaje. Y, aunque estas disfunciones a día de hoy son de naturaleza desconocida, se cree que están vinculadas con alteraciones genéticas, alguna lesión durante el desarrollo del cerebro en la gestación o con algún problema en el parto.

La disfasia es uno de los trastornos específicos del aprendizaje más graves y, aunque los niños que lo padecen presentan índices de inteligencia normales, el no poder expresarse y relacionarse adecuadamente puede generar problemas en los ámbitos emocionales, sociales, familiares y académicos.

Los niños con disfasia se muestran despistados y tienden a encerrarse en sí mismos. Si no se trata a tiempo, incluso pueden derivar en problemas más serios como ansiedad, insomnio, pesadillas, somatizaciones, depresión, conducta agresiva y baja autoestima.

¿Cómo se trata la disfasia?

Como familia, si sospechamos que nuestro hijo o hija padece disfasia, debemos acudir a un experto que será quien confirme el diagnóstico y trabaje con ellos mediante un método de educación especial y de ayuda para desarrollar mecanismos de compensación visual: hablarle despacio, articular con claridad, repetir el mensaje varias veces, utilizar gestos y miradas en la comunicación, etc.

El Método Tomatis, por ejemplo, juega con la plasticidad de los circuitos nerviosos implicados en el desciframiento y el análisis de los sonidos, y también con los de la motricidad, el equilibrio y la coordinación, ayudando a los niños a desarrollar estrategias de compensación frente a los trastornos del aprendizaje y el lenguaje. Así, el Método induce  al individuo a gestionarlos y superarlos eficazmente.

Clara Ventura Weiss

Audio-Psico-Fonología / Chile

Consultora en Tomatis, especializada en el tratamiento y prevención de problemas relacionados con la escucha.