El teatro es considerado uno de los mejores canales expresivos a nivel mundial. Sus muchas virtudes relacionadas con el aprendizaje, la sociabilidad y aspectos biológicos, en conjunto con su magnetismo natural, hacen de esta actividad una de las más recomendables para la infancia.
El teatro trabaja profundamente con el cuerpo y la gestualidad
Es posible que para algunos la temática de este artículo pueda sonar un tanto extraña, al menos en un principio. Aunque es muy común disfrutar de ver actuar a nuestros hijos en un acto escolar, son pocos los casos donde se continúe alimentando desde pequeños con actividades ligadas a la actuación.
Quizá esto ocurra porque se cree que actuar implica un alto nivel de complejidad, o porque directamente se lo relaciona más con el mundo adulto, aunque esto cada vez es más cosa del pasado. El resultado deriva en que muchas familias suelen acompañar a sus hijos para presenciar obras teatrales, pero no necesariamente interpretarlas.
Lo que muchos ignoran es que, desde una muy temprana edad, los bebés logran desarrollar lo que se conoce como juego simbólico. Así, durante sus primeros pasos comienzan a interactuar con la propia imaginación y eventualmente jugar con la idea del “como si fuera” un adulto, un superhéroe o un animal, por citar algunos ejemplos comunes.
Estas habilidades, que ya se exploran naturalmente, tienen el potencial de poder expandirse aún más en el arte teatral, ya que los niños buscan constantemente expresar sus sentimientos, tanto de forma literal como también simbólica.
Es por este motivo que conocer algunos de sus beneficios directos, así como interiorizar un puñado de obras adecuadas a su edad, pueden ser herramientas más que útiles para estimular no solo el juego, sino también el aprendizaje y la introspección.
Beneficios del teatro en la infancia
Lenguaje corporal
Culturalmente pensamos que la modalidad de lenguaje hablada debería ser priorizada en la educación infantil. Pero la verdad es que más del 90% de lo que expresamos es en esencia lenguaje no verbal. Siendo que el teatro trabaja profundamente con el cuerpo y la gestualidad, este puede ayudar a transmitir y ejercitar lo que muchos niños no logran solo con palabras.
Dicción, modulación y entonación
La dinámica de repetir escenas, diálogos o sonidos serios o divertidos de forma constante colabora enormemente en una mejor expresión vocal general para diálogos cotidianos. El teatro puede aportar un efecto adrenalínico que implica combinar y/o alternar distintos roles dentro de un mismo personaje en cuestión de segundos. Esto aporta un alto nivel de versatilidad y flexibilidad vocal, mentalmente hablando.
Alcance familiar
Si bien existen innumerables obras unipersonales, el teatro tiene su esencia en lo grupal. Por lo tanto, es una actividad que potencialmente puede involucrar a la propia familia, lo cual motiva aún más a los propios niños a participar. Gracias a esta dinámica, tanto hijos como padres pueden jugar a intercambiar sus roles, o interpretar personajes radicalmente diferentes, por ejemplo.
Desarrollo de la tolerancia y la empatía hacia el otro
Siendo que los niños alimentan naturalmente la idea del “Yo”, del ego y el punto de vista propio, el teatro puede ser un complemento formidable para desarrollar lo relacionado con el mundo externo. De esta forma, el múltiple cambio de roles, la posibilidad de “ponerse en los zapatos” de otro, es un gran ejercicio de empatía y comprensión para con los demás.
Memoria, atención y concentración
Elementos como la repetición de un diálogo, los papeles específicos a interpretar, el timing y ritmo de una escena o su iluminación son altamente positivas para el desarrollo de las funciones ejecutivas cerebrales.
A continuación, presentamos 6 obras infantiles breves para explorar y proponer en familia, con amigos o para la escuela:
- Don Germán y sus Marionetas Traviesas
- Juan y Juanita (sobre feminismo e igualdad de derechos)
- El tren de los sueños (Ideal para dormir a los más pequeños)
- ¿Y si hacemos equipo? (Inclusión social)
- Retiro espiritual (Diversidad religiosa)
- El Reno de la Nariz Roja