La oratoria, o arte de hablar en público, es una enseñanza que, hasta ahora, no ha estado incluida en los planes de estudio de los centros educativos. Muchas personas llegan a la edad adulta sin aprender a desarrollarla. Te contamos cómo puedes ayudar a tu hijo a desarrollar esta habilidad que le servirá de mucho en el futuro. No te lo pierdas!
Hablar correctamente en público implica seguridad, confianza, capacidad de oratoria, orden cognitivo, escucha…
Desde un punto de vista pedagógico, cada vez se apuesta más por enseñar a hablar en público desde la infancia. Este avance está dando resultados muy positivos en cuanto al desarrollo de ciertas habilidades y capacidades de los niños, que les ayudarán en situaciones futuras y cuando alcancen la edad adulta. Al aprender a hablar en público, adquieren mucha seguridad, confianza, capacidad de oratoria, orden cognitivo, capacidad de escucha… entre otros muchos puntos a destacar.
Si queremos ayudar a nuestro hijo a hablar en público con seguridad y confianza hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Cuanto más pequeño, mejor ya que el esfuerzo que supone aprender a hablar en público es menor a edades tempranas. Esto no significa que con los más mayores hayamos llegado tarde, pero se necesitará mayor dedicación y esfuerzo por parte de todos.
- Evitar expresiones delante del niño como “es muy tímido”. Efectivamente, puede que sea tímido, lo que supondrá una serie de limitaciones para actividades como la que nos ocupa, pero tampoco le ayudamos afirmando que lo es, y menos delante de él. Con ello sólo conseguiremos reforzar su conducta.
En estas circunstancias es recomendable invitar al niño a que, poco a poco, sin forzar mucho y con cariño, vaya enfrentándose a sencillas situaciones del día a día, como saludar a los vecinos o a la cajera del supermercado, pedir la compra, preguntar el horario del autobús en la ventanilla de la estación, etc. Siempre ayudándole a elegir las frases que debe decir y enseñándole cómo debe hacerlo. Enfrentarse a estas situaciones cotidianas contribuirá a que el niño adquiera más seguridad y confianza en sí mismo.
- Teatro, actividades de expresión corporal, dramatización: este tipo de actividades favorecen y aumentan la seguridad del niño a la hora de ponerse delante del público. De forma lúdica y divertida expone su cuerpo ante los demás, aprendiendo a controlar nervios, posturas corporales, expresiones y emociones.
- Tocar un instrumento musical en público, dar un concierto: si al niño le gusta mucho el instrumento que toca, el placer y disfrute que le proporcionará hacerlo tapará o reducirá el nerviosismo que provoca el hecho de estar delante del público. Con el tiempo adquirirá la confianza necesaria y reducirá el pánico escénico.
- Desarrollar habilidades lingüísticas: cada niño nace con una serie de capacidades y habilidades. Hay niños que tienen muy desarrollada la capacidad lógico-lingüística y basta con estimularla. Otros niños, por el contrario, no la tienen tan desarrollada por lo que resulta necesario que se trabaje de un modo más especial.
Para aumentar estas habilidades lingüísticas, es importante que el niño adquiera el hábito de leer desde muy pequeño. La lectura le proporcionará vocabulario, expresiones gramaticales, etc. Es lo que se denomina lograr un buen “input” del lenguaje. Pero, además, hay que generar el “output”, es decir, saber expresar y comunicar. Favorecerá esta circunstancia si el niño adquiere el hábito de dialogar en familia, si cuenta cosas, si hace preguntas, si piensa sobre lo que la otra persona está diciendo, si aprende a escuchar. Escuchando se adquieren modelos lingüísticos que luego pueden resultar muy útiles para desarrollar una buena comunicación verbal.
- Ensayos en casa: de manera lúdica, y con cierta rutina, es conveniente simular situaciones de hablar en público, que en este caso será el resto de miembros de la familia. Estos ensayos permitirán a los padres dar pautas a su hijo para que el hecho de hablar públicamente le resulte lo más exitoso posible. Llegará un momento en que el niño adquiera seguridad y lo realice sin problema. Será entonces cuando invitemos a otras personas cercanas y conocidas de la familia a ese “espectáculo familiar”, que poco a poco se irá pareciendo a la realidad. Para ello, podemos aprovechar cuando hay invitados en casa (familiares, amigos…) y provocar una situación de puesta en práctica.
Aplicar todas estas pautas ayudará a los niños a perder el miedo escénico y desarrollar habilidades de comunicación y expresión tanto corporales como lingüísticas. Es importante tener en cuenta que estas capacidades suelen requerir de un tiempo para ser adquiridas y desarrolladas con cierta seguridad. Si se trabajan de este modo, y desde que el niño es pequeño, los resultados pueden ser realmente significativos.