10 consejos para fijar normas

Los castigos y las prohibiciones nos son siempre la solución

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La adolescencia es una etapa de rebeldía y desafío, a veces, complicada de gestionar. De repente descubren que sus padres también cometen errores, por lo que empiezan a cuestionar su autoridad y las normas que les imponen. No te pierdas estos 10 consejos que te ayudarán a fijar las reglas «del juego» sin que te tiemble el pulso.

Como padres debemos estar atentos a los cambios en la adolescencia

Los cambios físicos y emocionales en la adolescencia se producen de manera muy rápida y brusca. Esto hace que los chicos intenten afianzar su personalidad y descubrir quiénes son en medio de un caos de hormonas y cambios que no facilitan la situación.

Asimismo, los adolescentes creen que siempre tienen la razón, que sus padres no los entienden y que están equivocados. Esto hace que desafíen su autoridad y no respeten las normas establecidas por ellos. Pero castigarlos y prohibirlos más cosas no es la solución. ¿Qué hacer entonces para lograr que obedezcan?

  1. Establece una serie de normas básicas sencillas consensuadas con tu pareja y con tu hijo o hija. No se trata de que sea él quien cree las normas, pero sí de que tengáis en cuenta su opinión. Asimismo, deberéis revisar estas normas de vez en cuando y adaptarlas según crezca y madure.

 

  1. Mejor pocas normas, pero esenciales. No es conveniente asfixiar a los adolescentes ni sobreprotegerlos. Confía en tu hijo para qué el también confié en ti.

 

  1. Debéis fijar también las consecuencias si incumple las normas. Así, sabrá a qué atenerse y qué esperar si no respeta el pacto acordado. Además, estas normas deben ser inmediatas; si pasa mucho tiempo, habrá olvidado la causa.

 

  1. La frase “porque lo digo yo, y punto” nunca es válida en educación, pero menos aún con adolescentes. Debéis hacerle comprender las razones por las que imponéis ciertas normas y que siempre son para su beneficio, y no para molestarle.

 

  1. Aunque no lo parezca, los adolescentes necesitan unos límites y normas ya que les dan seguridad. No son tan independientes como quieren hacer creer y tienen muchos miedos e inseguridades. Saber que sus padres están pendientes de ellos los ayuda, y mucho.

 

  1. Si desobedece, nada de gritos ni discusiones. Escucha de manera calmada sus motivos y, si no hay justificación para su comportamiento, aplica las consecuencias pactadas.

 

  1. Recuerda recompensar las buenas actitudes y comportamientos, es mucho más efectivo que castigar las malas.

 

  1. Fomenta la comunicación y el respeto con él. Cuéntale tus preocupaciones y lo que te da miedo, así entenderá también tu actitud. Pero no le hagas sentir culpable ni lo humilles delante de otros.

 

  1. Todos nos equivocamos, más a ciertas edades, así que sé comprensivo con tu hijo y ayúdale a resolver sus errores en lugar de echárselos en cara o decirle “ya te lo dije”.

 

  1. Pase lo que pase, muéstrale siempre tu amor y comprensión. Así todo será más sencillo.

Compartir en Familia

Redacción / España

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