A partir de los 3 años el niño ya puede empezar a entender las tradiciones navideñas y lo que significan estas fiestas para que tenga la oportunidad de disfrutarlas al máximo.
Por esto, te ofrecemos algunas claves para ir involucrando poco a poco a tus hijos en la Navidad.
Si les hacemos partícipes de esta fiesta, podrán disfrutarla más
Durante los primeros años de vida el bebé apenas si entiende qué está pasando cuando toda la familia se reúne para comer o cenar en Navidades, abrir los regalos, encender el árbol o tomar las uvas, además de que, cuando son pequeños, todo les da un poco igual y lo que quieren es seguir con sus rutinas, que les aportan seguridad.
Pero a partir de los 3 años su capacidad mental y su maduración les permiten empezar a entender conceptos abstractos e involucrarse más en estas fiestas, lo que conseguirá que las disfruten mucho más, tanto ellos, como vosotros.
Para ello, solo debéis seguir estos consejos:
- Explícale en qué consiste la Navidad, la Nochevieja y la Epifanía y por qué se celebran. Tanto si sois religiosos como si no, conviene que el niño conozca el origen de estas fiestas.
- Háblale de las diferentes tradiciones ligadas a cada una de las fiestas: decorar el árbol de Navidad, poner el Belén, encender velas, tomarse las uvas, recibir regalos de Papá Noel o los Reyes Magos, etc. Cada familia y país tiene unas tradiciones, explícale las vuestras.
- Es importante que entienda que la Navidad no son solo comilonas y regalos, sino que es el momento ideal para pasar más tiempo con la familia y sacar todo lo bueno de nosotros siendo más solidarios que nunca.
- Para que se sienta partícipe de las fiestas, nada mejor que pedirle que te ayude a prepararlo todo: decorar la casa y el árbol, comprar la comida, preparar los platos decorar la mesa, etc.
- También es una buena idea que preparéis juegos, canciones o una representación teatral especial para toda la familia.
- Para que el niño aguante hasta tarde los días de las cenas, es recomendable que, si tiene menos de 6 años, duerma un rato de siesta la tarde previa. Y, si aun así llega la noche y tiene sueño, deja que se vaya a la cama. Ya tendrá más años para disfrutar.