Claves para ayudar a nuestros hijos a conocerse bien

En los dos primeros años de vida es necesario entrenar la inteligencia de los sentidos y el movimiento a través de la estimulación sensorial

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Conocerse a uno mismo es la base de la mejora continua. Tenemos toda una vida para conocernos, pero una labor que tenemos como familia es ayudar a que nuestros hijos e hijas se conozcan bien. Como punto de partida tenemos que saber muy bien cómo son nuestros hijos para que luego tengan conciencia de lo que son, qué sienten, cómo reaccionan… No te pierdas este interesante artículo que te ayudará a despejar tus dudas.

Es tan importante que comprendamos y queramos a cada hijo e hija, aceptándoles tal y como son, con sus fortalezas y debilidades

Cada persona debe conocerse, realizar una tarea de autoconocimiento, para poder quererse, aceptarse y estimarse; este es el primer paso para gobernarse. Por eso es tan importante que las madres y padres conozcamos, comprendamos y queramos a cada hijo e hija, aceptándoles tal y como son, con sus fortalezas y debilidades. Esto nos ayudará a establecer un plan de mejora personal para cada uno, en el que haya unos objetivos con una meta educativa concreta, operativa y adecuada con un tiempo establecido para llevarla a cabo.

Para iniciar el proceso, requiere una adecuada formación de la inteligencia. Por ello, en los dos primeros años de vida es necesario entrenar la inteligencia de los sentidos y el movimiento a través de la estimulación sensorial.

Hoy sabemos que la inteligencia es dinámica. Nacemos con una dotación inicial que nos es más que el comienzo del desarrollo intelectual, por tanto, podremos ser más inteligentes o menos según entrenemos la inteligencia.

Es importante resaltar que la inteligencia sirve para descubrir la verdad. Esta es la base segura para el desarrollo intelectual y para la adquisición de la libertad.

La inteligencia la vamos a entrenar a través de la atención, la memoria, la imaginación, la creatividad y el razonamiento.

Cada una de ellas la trabajaremos a través de la vida cotidiana, jugando con ellos. Su mente está por estrenar y están muy receptivos a percibir todo un mundo de sensaciones. Es un potencial que no podemos desaprovechar.

La imaginación es la antesala de la inteligencia. Por eso es tan importante que tengan espacios para crear e imaginar donde puedan dejar volar la fantasía.  En cada niño se desarrolla de manera diferente. Lo más importante es darles oportunidades para que puedan observar, llevarles a diferentes lugares, como el campo, la playa, el monte, donde puedan escuchar, oler, tocar y sentir las cosas para que puedan imaginar a partir de todas ellas.

Para el desarrollo del razonamiento es importante explicar todo lo que decimos y hacemos; describir lo que vemos y proporcionar un entrenamiento de las vías sensoriales a través de los olores, la música, observación de cosas de la vida y el movimiento. Con todo ello, estableceremos unas rutinas donde estaremos llevando a cabo un entrenamiento para pensar mejor.

Retomando que la inteligencia existe para descubrir la verdad que la realidad encierra, por eso es importante ir descubriéndole al niño la realidad de la vida con cariño y delicadeza, pero sin adornos superfluos. No podemos tener a nuestros hijos e hijas en una urna de cristal, llevarles entre algodones, evitando esfuerzos que puedan hacer ellos. Porque si no, no les damos la oportunidad de que se venzan y fortalezcan.

Cuando se dice la verdad aplaudimos y sonreímos; cuando pide perdón se le da la mano; alguien hace trampas le dejamos excluido del juego de tal manera que vamos entrenando la inteligencia y despertando la curiosidad el porqué de cada acción, de cada objeto, etc…

Ocultar la realidad, deformarla para que se adapte a mis “limitaciones”, pensar que la realidad es como yo digo atrofia y dificulta el desarrollo intelectual y por ello no descubrimos lo que encierra la realidad.

Una vez que nos conocemos a nosotros mismos, posteriormente tendremos que ayudar y educar a nuestros hijos para descubrir a los demás. Porque deben aprender que no están solos, los demás forman parte de ellos, las decisiones que tomen, acorde a la edad, afectan a los demás, sus talentos están al servicio de los otros y todo esto lleva a aprender a querer a los demás.

Patricia Cigaran

Experta en Educación / España

Experta en Educación Familiar con más de 20 años de experiencia en la dirección de colegios infantiles.