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Consejos para que nuestros hijos socialicen de manera saludable

Más que la cantidad, debemos de medir la calidad de la amistad

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Muchas familias quieren que sus hijos sean sociables y tengan muchos amigos. Aprender a vivir en sociedad no está directamente relacionado con la cantidad, sino con la calidad. Se tiende a pensar que es bueno que los niños estén con muchos niños, porque así aprenderán a relacionarse mejor. Pero en realidad no es así.

Es importante que los niños no se sientan presionados para tener amigos

Un aspecto que preocupa a muchas familias es la socialización de los hijos. Pero ¿es necesario estar con muchos niños y hacer planes variados para que nuestros hijos aprendan a socializar?

La socialización, entendida como el modo en el que nos relacionamos con los demás, se empieza a desarrollar en un niño a partir de los dos años. En ese momento comienza a darse cuenta de que sus conductas pueden tener consecuencias.  Así como a percibir y sentir lo que los demás provocan en él mismo.

A pesar de que el ser humano es un ser sociable por naturaleza, es importante aprender a relacionarse dentro de una sociedad con unas normas de convivencia concretas y específicas.

Este aprendizaje se produce en la etapa de infantil y se va concretando conforme se va avanzando en edad. Es más, en la primera infancia es cuando se empiezan a desarrollar los primeros amigos y dar importancia a lo que es la amistad.

¿Qué debeos hacer las familias?

  • Dar oportunidad a los hijos a que estén con otros niños, sin necesidad de que sean muchos, pero sí variados. Es enriquecedor aportar heterogeneidad. Hay familias que tienden a que sus hijos estés siempre con los mismos niños. De este modo se les limita a conocer otra realidad y aprender de las diferencias de los demás. Por lo tanto, no es tan importante el número de niños sino la variedad y heterogeneidad.
  • Acompañarles en el proceso y darles ideas o recursos para las relaciones sociales pero sin suplementarles ni sobreprotegerles. Quienes deben gestionar las diferentes situaciones y conflictos que puedan surgir son ellos. Pero en muchas ocasiones necesitan que se les guie. En definitiva, proporcionarles estrategias para que socialicen pero sin interceder. Es difícil, en ciertas ocasiones, no interceder por la carga emocional existente, pero es contraproducente hacerlo. Deben aprender ellos solos y, además, puede tener consecuencias negativas para tu hijo.
  • La calidad de las relaciones es la que va a favorecer una buena socialización. No es necesario estar con muchos niños sino que, con los que se esté, prevalezca el respeto y la tolerancia por encima de todo. A partir de estos dos valores, podrá aparece el amor y, por lo tanto, la amistad.
  • Tener en cuenta las necesidades de los hijos. Hay niños, que de manera natural, les gusta estar con muchos niños, tienen a relacionarse con facilidad y son felices rodeados de personas. Pero otros muchos, por su carácter o personalidad, la socialización les supone un esfuerzo importante. Ante estos casos, las familias suelen preocuparse y tienden a hacer continuos planes que favorezca el contacto con otros niños, aunque suponga un agobio para sus hijos. Llegan incluso a rechazar querer estar con otros niños por la presión de los padres. En estos casos, es importante respetar la forma de ser y ritmos de cada uno. Se sentirán mas cómodos con pocos niños hasta que adquieran seguridad y vaya poco a poco relacionándose con los demás.

Por lo tanto, lo importante dentro de la socialización no es la cantidad de amigos que tengan nuestros hijos, sino la calidad de amigos con los que cuenten, así como, el tipo de amigo que lleguen a ser.