Motivación para no dejar de aprender

Con ilusión y estímulo se puede lograr cambiar el mundo, pero hay que saber cómo

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Para que nuestros hijos logren realizar lo que se proponen debemos confiar en ellos, hacerles sentir que son capaces y, sobre todo, motivarles para que lo consigan. El camino no siempre es fácil y puede haber muchas dificultades, pero con ilusión, ganas y esfuerzo es posible.

La motivación es aquello que mueve la conducta humana, desde instancias más o menos profundas, y lo que impulsa o induce a una persona a comportarse de una determinada manera para conseguir una meta u objetivo. Refleja la diferencia entre lo que una persona puede hacer y lo que realmente hará.

Es interesante dedicar tiempo a enseñar técnicas de estudio que permitan a los niños hacer un buen uso de sus capacidades cognitivas

Es tan importante contar con una mínima motivación para poder hacer algo que debería ser uno de los objetivos principales en el trabajo con los alumnos y también por parte de familias.

Tipos de motivación

  1. Extrínseca, cuyo origen está en el estímulo externo.
  2. Intrínseca, cuyo origen está en uno mismo.

Es importante lograr un escenario de aprendizaje que genere un estímulo externo y favorezca el interés de los niños hacia él. A su vez, hay que lograr trabajar la motivación interna desde que son pequeños.

Para ello, será positivo desarrollar una personalidad clara y estable. Es necesario que tengan muy claro lo que quieren y las cosas que deben hacer, por ser positivas para ellos. Logramos lo que queremos, por lo que hay que intentar que quieran para que puedan hacer lo que se propongan.

Factores que intervienen en la motivación

  • Potenciales: es la capacidad que cada uno posee. Es más fácil lograr que los niños se impliquen en una actividad si cuentan con  habilidad y si es de su agrado.

En el plano académico, los niños se encuentran con numerosos contenidos que no les genera ningún tipo de interés o motivación, en la mayoría de los casos por no conocer su aplicabilidad. Para acercarles a los contenidos es importante hacerles ver el sentido y la necesidad que tiene ese contenido.

Para ello, se cuentan con metodologías basadas en la experimentación y el descubrimiento y que favorecen, de manera especial, la motivación hacia la materia. Es fundamental, hacerles vivenciar las cosas y, a partir de situaciones concretas y casos prácticos poder adquirir la teoría.

Desde la familia, es importante ayudar a los hijos a hacerles conscientes la importancia del estudio y su aplicación. El mejor modo de hacerlo es por medio del diálogo y encontrando ejemplos de la vida cotidiana donde puedan aplicar esos contenidos. Así como hacerles entender que no todo lo que están estudiando les va a servir directamente para la vida pero sí les puede facilitar el estudio y aprendizaje de otros contenidos que puedan ser fundamentales. Además, será clave emplear ejemplos y materiales de los temas que les gusten y de sus hobbies para que ese interés y gusto ayude a hacerles al estudio.

Por otro lado, el estudio de muchos contenidos implica unas capacidades determinadas y un buen uso de ellas. Muchos niños cuentan con las capacidades necesarias para poder comprender, asimilar y adquirir los contenidos pero no saben hacer un buen uso de ellas. Carecen de técnicas de estudio o herramientas de aprendizaje.

Se suele caer en el error de pensar que como tiene capacidad, ya puede aprender y que va a asimilar bien el aprendizaje pero muchos de ellos no saben como enfrentarse al estudio. No se suele dedicar especial atención a desarrollar capacidades cognitivas, necesarias y fundamentales para el estudio, como la memoria, la atención, la lógica y el razonamiento.

Existen numerosos juegos y actividades de carácter más lúdico que pueden desarrollarlas y que prepararán a los niños para el estudio. Algunos de estos recursos son memories, laberintos, buscar diferencias, juegos de lógica, etc. Estos recursos son fáciles de conseguir tanto en soporte físico como on line y pueden utilizarse desde infantil, adaptando las actividades y los juegos al nivel y edad de cada niño.

Es interesante dedicar tiempo a enseñar técnicas de estudio que permitan a los niños hacer un buen uso de sus capacidades cognitivas y asimilar el aprendizaje con éxito. El uso repetido y constante de estas técnicas les van a permitir desarrollar unos hábitos cognitivos y una estructura mental ordenada que no sólo será positiva para el estudio y el plano académico, sino que les servirá para muchos otros aspectos de la vida.

  • Emotivos: a toda persona le supone una motivación lograr un éxito, de la misma manera que trata de inhibir la posibilidad de un fracaso. Lo más importante no es el éxito sino hacerles ver que son capaces y que pueden. Tienen que ser conscientes que evolucionan y que esa evolución les hace mejorar para seguir esforzándose.
  • Sociales: el reconocimiento y prestigio social también es uno de los estímulos fundamentales para todas las personas. Desde la familia el hacer un refuerzo positivo es fundamental para que los hijos entiendan que lo que realmente importa es el esfuerzo y no tanto el resultado. El refuerzo social y reconocimiento está muy ligado al resultado porque es lo más tangible pero es importante que desde las aulas de infantil se trabaje y valore la cultura del esfuerzo.
  • Didácticos: el conocimiento de los resultados del aprendizaje también incide muy significativamente en la motivación hacia el estudio. Y los premios y castigos utilizados también influyen en la motivación.

Para lograr incidir en todos estos factores motivacionales será importante:

  1. Comunicación constante con el centro educativo para que haya una coherencia en lo que se exige y sobretodo en lo que se quiere reforzar y potenciar.
  2. Implicación de las familias para motivar a los hijos en el aprendizaje y hacerles responsables ante el estudio.
  3. Ayudarles, desde que son pequeños, a adquirir un hábito de estudio.
  4. Trabajar la actitud hacia el estudio y ser conscientes de que:

En infantil, los resultados obtenidos son muy evolutivos y no tanto evaluativos,

En primaria pueden aparecer algunos indicadores de que resultados no positivos pueden enmascarar alguna dificultad específica o una falta de actitud positiva hacia el estudio.

En secundaria, en cambio, un resultado negativo puede estar muy ligado a una desmotivación o una falta de actitud hacia el estudio. En esta edad la familia debe estar mucho más presentes, aunque sean autónomos e independientes y aunque reclamen libertad y distancia, nos necesitan mucho más de lo que pueden creer.

Pueden ser muchas las adversidades pero el esfuerzo de la familia debe enfocarse a lograr mantener la motivación de los hijos y apoyarles, de manera incondicional, para superar dichas adversidades con éxito.

María Campo Martínez

Pedagoga / España

Licenciada en Pedagogía. Diplomada en Magisterio de Educación Infantil. Asesora de Eduka&Nature.