Los grupos de WhatsApp entre adolescentes se pueden ver como algo conflictivo o como un instrumento eficaz para comunicarse, colaborar y mantener contacto diario. ¡Sin duda es una herramienta más y como tal habrá que aprender a gestionarla!
Todos queremos que nuestros hijos sean capaces de afrontar las situaciones que se les presenten
Desde hace años la utilización de grupos de WhatsApp para gestionar comunicaciones diarias es el pan nuestro de cada día. Como adultos, participamos en grupos con objetivos realmente muy diferentes: grupos familiares, de amigos, de trabajo, de ocio, etc…
Uno de los grupos más importantes son los escolares, que nos permiten estar conectados con otras familias y gestionar comunicaciones.
Hay múltiples blogs que nos explican cómo “sobrevivir a los grupos de la escuela” 😂😂 donde aparecen toda clase de personalidades… Sin duda, en esos momentos los códigos de convivencia cobran importancia y se tornan necesarios, o más bien imprescindibles.
No es diferente cuando nuestros hijos se inician en la utilización de sus teléfonos y grupos de WhatsApp. Parte importante de la educación que debemos brindarles hoy en día, es hablar sobre estos códigos y normas de convivencia digital.
Tomar un momento durante la hora de la comida o la cena para comentar temas genéricos sobre ello, les ayudará a iniciarse en la correcta utilización de estos entornos digitales, invitándolos a reflexionar sobre las maneras de relacionarse con otros desde la escritura, los mensajes de audio, el uso de GIFs animados o de videos cortos.
Otra posibilidad es pedirles que, antes de participar y responder en un grupo, pasen el triple filtro de Sócrates:
- ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decir es cierto? – El filtro de la verdad –
- “¿Es algo bueno lo que vas a decir de mi amigo?” – El filtro de la bondad-
- “¿Será útil para mí lo que vas a decir?» – El filtro de la utilidad –
Es así de simple: Si lo que desean decir no es cierto ni bueno e incluso no es útil, entonces es mejor no decirlo.
Por tanto, en este nuevo escenario las familias nos encontramos con un nuevo entorno que gestionar. El medio cambia y por tanto, también deben adaptarse las formas de relación que tenemos con nuestros compañeros y amigos. El filtro de Sócrates puede ayudarnos a regular las formas y maneras en cómo nos relacionamos a través de este medio digital.
Ahora bien, más que hablar de protocolos o códigos de convivencia nos gustaría analizar los tipos de grupos y los posibles beneficios que podrían significar para nuestros hijos.
Encontraremos que los grupos de WhatsApp para nuestros hijos serán una herramienta de comunicación muy útil para estar en contacto con otros compañeros de clase, para resolver problemas, o para tener conocimiento de situaciones generales de las que no siempre están expuestos.
También les permitirá ampliar su radio de conocimiento sobre sus compañeros y sobre el día a día de la escuela. Sin embargo, estos nuevos espacios de comunicación también pueden convertirse en entornos dónde debemos aprender a gestionar problemas y conflictos, de otra manera.
Si tuviéramos que enumerar los grupos de WhatsApp de adolescentes podríamos asegurar que participan o están incluidos en:
- Los grupos familiares.
- Los grupos de la clase.
- Los grupos de trabajos o proyectos concretos (deberes escolares).
- Los deportivos: el del fútbol, el basket, el tenis…
- Los grupos de mejores amigos, dónde coinciden solo 3-4 niños que son mucho más cercanos en sus relaciones.
- Los grupos de juegos concretos, normalmente juegos digitales tipo minecraft, rainbow, call of duty, FIFA, etc.
- Los de fiestas, cumpleaños o aniversarios a los que los invitan.
- Los grupos de amigos externos al colegio, por ejemplo vecinos, amigos del club, etc.
- Entre otros…
Digamos que en estas 8-9 categorías podríamos englobar casi cualquier tipo de grupo en el que puedan participar nuestros hijos. Sin embargo, estos grupos no están todo el tiempo activos, seguramente habrá dos o tres que serán los que se mantendrán en constante actividad, requiriendo la atención de ellos. El resto se activará en momentos concretos para cubrir objetivos puntuales como lo sería la asistencia a un partido de fútbol, a una fiesta de cumpleaños, etc..
Ahora bien, como hablamos de estos grupos lo normal es que las familias se alerten por el tipo de intercambios que pueden producirse en ellos o por cualquier otro motivo vinculado con la gestión de los mismos.
Sin embargo, nos gustaría reflexionar sobre un tema importante: ¿Qué queremos para nuestros hijos? Seguramente, todos estaremos de acuerdo en que queremos que sean independientes, que sean autónomos, que sean capaces de afrontar las situaciones que se les presenten y que sean capaces de dar respuesta a ello.
También esperamos que puedan organizar sus tiempos, gestionar sus relaciones con los demás, establecer pautas y normas y también definir las formas en las que pueden enfrentarse a una nueva tarea o deber académico.
Los grupos de WhatsApp, aún cuando aún no los hayamos visto de esta manera, pueden entenderse desde esta visión como herramientas de comunicación digital muy útiles para conseguir y alcanzar estos objetivos.
Nos hemos acercado a niños y adolescentes entre los 13 y los 16 años de edad, a quienes les preguntamos ¿qué acciones realizan en sus grupos de WhatsApp y qué hacen en ellos. Nos han enumerado las siguientes respuestas:
- “El grupo en el que más participo es el grupo de la clase, ahí nos saludamos y comentamos cosas como: ¿para cuándo debemos entregar esta tarea? ¿qué debemos hacer aquí? ¿cuáles son los resultados de un ejercicio?…”
- “Pasamos vídeos de los trabajos que tenemos que hacer para que uno de nosotros genere un video final”
- “Hablamos sobre cuándo quedaremos o si nos encontraremos para hacer un trabajo del cole”.
- “Compartimos memes y chistes”.
- “Comentamos cómo va el partido con los que no pudieron venir”
Como verán, estas son algunas de las respuestas formales que nos dieron los niños consultados. Por tanto, creemos que una parte importante de la información que se gestiona en estos grupos tiene relación con las actividades diarias de los niños: la escuela, los deberes, los deportes y las salidas con amigos.
Tener la posibilidad de organizarse previamente les da la opción de “autogestión” de sus tiempos y de sus propias maneras para después venir explicarnos, pedir permiso o simplemente comentar algo que ha surgido en estos espacios de intercambio.
Evidentemente no queremos olvidar los posibles problemas que se pueden tener que gestionar o resolver a través de medios digitales y que requieren de otro tipo de acciones. Así como la importancia de remarcar que formar parte de un grupo de WhatsApp siempre debe ser una acción voluntaria y nunca se deberá convertir en una obligación.
Y para finalizar, solo indicarles que en este nuevo escenario, la educación digital deberá convertirse en un medio de desarrollo personal, no se trata de aprender informática como la enseñaban hace unos años, se trata de aprender a gestionarnos en todos los ámbitos (académico, personal, etc.) dentro de en este nuevo entorno digital.