La educación sexual es uno de los temas que más suele preocupar a los padres, especialmente cuando llega la etapa de la adolescencia. Sin embargo, no hay que esperar hasta entonces para tratar el tema con los hijos. Aunque nos parezca mentira, los niños desde que son muy pequeños empiezan a conocer la sexualidadmediante las diferencias que ven entre los cuerpos. Por ello, es importante tratar pronto el tema enfocándolo de distinta manera según las edades de los niños.
Se recomienda hablar de manera clara, huyendo de tecnicismos y adaptándonos a su lenguaje
Con ellos hay que hablar de sexualidad de forma natural, tienen que ver que no es un tema que nos coarta o que tratamos de evitar porque, probablemente, eso les va a crear más curiosidad y los va a llevar a no confiar en nosotros y a acudir a otras fuentes a informarse sobre este tema.
Muchas veces lo prohibido es para ellos lo tentador y al percibir que en casa cuesta tratar el tema buscarán en Internet, en redes sociales o revistas y lo hablarán, principalmente, con sus iguales obteniendo una información no real que les puede perjudicar o traer problemas en un futuro cercano para ellos, en la adolescencia.
Probablemente, al principio nos cueste saber qué tenemos que decirles sobre este tema, cómo debemos administrar la información con la que contamos y cuándo es el momento para dársela. Hay que tener en cuenta que la sexualidad forma parte del desarrollo afectivo de los niños, por lo que debemos tener claro que es algo que trabajamos a diario sin darnos cuenta, con gestos, abrazos, caricias… Ahí empieza para los más pequeños la sexualidad.
A partir de entonces y según vayan creciendo tendremos que abordar temas como las relaciones de pareja, el trato entre dos personas que se quieren, las distintas demostraciones de afecto, el respeto, las emociones, los cuerpos y sus cambios, la reproducción…Esto ayudará a su desarrollo como personas y a que aprendan a quererse y a ser queridos.
A los niños este es un tema que les llama la atención y, por sí solos, investigan y exploran por su cuenta. Es muy importante que no interpretemos con ojos de adulto lo que hacen. Para ellos es algo nuevo y no podemos ni escandalizarnos ni mentirles. Tienen que saber que estamos ahí para algo, de lo contrario irán a buscar la información a otro lado.
Podemos apoyarnos de diferentes recursos o materiales para que nos resulte más sencillo hacerles llegar la información que necesiten. Tenemos que mostrar confianza para que acudan a nosotros en el momento que les surja una duda y que vean que tenemos disposición a responder.
Probablemente, unas veces nos cueste más que otras, pero seguramente ninguna respuesta que les demos será mala. Hay que intentar hacerlo lo mejor posible, hablar de manera clara, huyendo de tecnicismos y amoldándonos a su lenguaje. En estos casos, los ejemplos suelen resultar muy útiles en caso de que lo que les preocupe sea complicado de resolver. Y, sin ninguna duda, es muy importante también dar respuestas cariñosas y que participen los dos padres.
En este tema lo fundamental no es el contenido sino cómo interpretan nuestra motivación al responder. Con ello sabremos si nos hemos ganado su confianza en un tema tan importante como es la sexualidad. Al fin y al cabo, laeducación sexual es más que responder preguntas, es: hablar, oír, respetar opiniones, dar ejemplo y crear un buen ambiente.