Una malvada madrastra, un señor que mata a sus esposas, unos padres que abandonan a sus hijos en el bosque… Si lo pensamos detenidamente, la mayoría de los cuentos clásicos no son nada apropiados para una mente infantil. ¿Debemos leer estos cuentos a nuestros hijos o es mejor olvidarnos de ellos?
Puedes aprovechar estos cuentos para enseñar a tu hijo diversos valores
Todos conocemos los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, Perrault, Andersen… Cuentos como Blancanieves, Barba Azul, Hansel y Gretel, La Cenicienta, El Patito Feo, etc. Y, de hecho, los primeros cuentos que contamos a nuestros hijos suelen ser estos.
Pero es posible que la primera vez que se cuenta Hansel y Gretel se decida cambiar la parte en la que los padres abandonan a sus hijos y decir que “se perdieron”. O que no quieras contarle a tu hijo un cuento tan horrible como el de Barba Azul, que mataba a sus esposas y escondía sus cadáveres en una torre.
Y es que la mayoría de los cuentos clásicos no eran originariamente para niños. Además de reflejar unas costumbres y una época totalmente diferentes, aparecen algunos valores o enseñanzas que no son, ni mucho menos, las que queremos transmitir a nuestros hijos.
Cuentos clásicos para enseñar valores
En una sociedad donde cada vez se habla más de violencia de género, machismo y tolerancia, muchos nos preguntamos si es mejor obviar ciertos cuentos.
Las familias también han cambiado y las madrastras no tienen por qué ser malas, ni las mujeres pobres e indefensas en busca desesperada de un príncipe que les salve.
Por eso, son muchas las familias que optan por no contar estos cuentos clásicos a sus hijos y elegir en su lugar cuentos escritos actualmente por y para ellos, con temáticas y vocabulario mucho más aptado a los valores que queremos transmitirles.
Otra opción es recurrir a las versiones que en los últimos años se han hecho de estos cuentos. Versiones que hacen que Caperucita dé una paliza al lobo sin ayuda del cazador o que Blancanieves no tenga que limpiar y cocinar para los enanitos a cambio de su protección.
Estos cuentos buscan, sobre todo, cambiar el papel de la mujer. Pero también enseñan a los niños a que no todas las familias son iguales y están formadas, por ejemplo, por un papá, una mamá y los hijos, sino que puede haber dos papás o dos mamás, o una mamá o un papá solos.
Sin embargo, si a pesar de saber que algunas partes de estos cuentos clásicos no son muy adecuadas para niños pequeños no puedes resistirte a contárselos o leérselos porque forman parte de tu infancia y te encantan, puedes elegir aquellos que sean más adecuados o cambiar las partes que no te gusten.
Incluso, si tu hijo ya no es un bebé, puedes aprovechar estos cuentos para hablar de comportamientos que no son buenos y enseñarle diversos valores.