Los niños que aprendan a ser tolerantes durante su infancia serán adultos respetuosos hacia ideas, creencias o prácticas ajenas, por muy diferentes que puedan resultar a las propias. Te mostramos cómo puedes potenciar esta actitud para que tus hijos se desarrollen en plenitud.
La responsabilidad de que nuestros hijos sean tolerantes es nuestra
Las familias somos las principales responsables de educar a nuestros hijos en la tolerancia. Un valor que les enseñará a rechazar estereotipos injustos, a mejorar sus relaciones personales, a valorar las diferencias y a respetar y aprender de otras personas. Para ello, debemos inculcar su importancia desde la primera infancia, etapa en la que los niños adquieren las bases y herramientas para su desarrollo emocional.
Pero, para lograr que nuestros hijos aprendan a ser tolerantes, hay que tener presente que las personas no nacemos con este valor. Al contrario, la conducta natural del ser humano al nacer es egoísta: el niño pequeño quiere que todo sea para él, quiere imponer sus reglas, quiere decidir y que todo gire a su alrededor. Sin embargo, no por ser ésta una conducta natural significa que les debamos dejar actuar de esta manera. De hecho, es indispensable que el proceso de aprendizaje empiece a la edad más temprana posible.
Una de las mejores herramientas para enseñar este valor es, sin duda, el ejemplo; recordemos que los niños son como esponjas que lo absorben todo. Ellos aprenden lo que ven y lo que escuchan en casa. El hogar es el lugar donde pasan más tiempo durante sus primeros años de vida; así como aprenden a hablar, caminar o comer, de igual forma, aprenderán a ser o no tolerantes.
Consejos prácticos para enseñar a los niños a ser tolerantes
- A través de cuentos e historias. Los cuentos son una de las mejores formas de inculcar diferentes valores en nuestros hijos. Escoge cuentos que lleven siempre valores implícitos en los relatos, moralejas fáciles de entender y aplicar. Léeselos e incluso haz pequeñas obras de teatro con títeres para que su aprendizaje sea aún más sólido.
- A través de los juegos. Cuando estés presente mientras tu hijo juega con algún amigo, enséñale que las reglas no las pone él, ni tampoco decide a qué hay que jugar. Es importante que todos los que participen en el juego opinen y lleguen a un acuerdo. Hay que enseñarle igualmente a respetar los turnos en los que opina cada uno.
- A través del respeto a las diferencias. Enseña a tus hijos que todos los niños son diferentes y que esas diferencias no hacen a nadie ni mejor ni peor que los demás; habla con ellos sobre este tema, enséñales que no deben molestar a nadie por ser diferente a la mayoría sino todo lo contrario, que pueden aprender de él gracias a esas diferencias.
- A través del conocimiento de diferentes culturas. Además de ser un aprendizaje muy lúdico, el conocer desde niño la existencia de culturas diferentes -con sus correspondientes creencias, costumbres e ideas- ayuda enormemente a interiorizar y entender las grandes diferencias que pueden existir entre unas personas y otras, y la importancia del respeto mutuo.
- Recalcando la importancia del compartir. Es fundamental dar ejemplo como padres, compartiendo con las personas que nos rodean y sin caer en comportamientos egoístas en nuestro día a día. No podemos pedir a nuestros hijos que sean generosos si nosotros no lo somos.
- Enseñándoles a no burlarse de los demás. Si alguna vez estás presente ante una burla de tu hijo hacia otra persona, no lo dejes pasar. Siéntate a hablar con él y haced juntos un pequeño ejercicio de reflexión: dile que se ponga en los zapatos de esa persona, pregúntale cómo se sentiría si alguien se burlara así de él, etc. Intenta inculcarle que es importante tratar a los demás como le gustaría que le tratasen a él.
En resumen, como padres, no debemos olvidar que la responsabilidad de desarrollar la tolerancia en nuestros hijos es nuestra. Y que, del éxito que tengamos en esta tarea, dependerá su capacidad para relacionarse con los demás tanto de niño como de adulto.