Incorporación de alimentos en la dieta del bebé

Desde el inicio, es necesario garantizar un consumo suficiente de ácidos grasos Omega 3

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Es importante conocer los alimentos que tenemos que incorporar cuando nuestro hijo es un bebé. Es normal que al lactante le cueste la aceptación de los nuevos sabores y texturas. Os animamos a convertir este aprendizaje en una experiencia de cariño y complicidad.

Siempre hay que respetar la capacidad gástrica del niño y evitar la sobrealimentación

Como regla general, a partir de los 6 meses el lactante debe incorporar los alimentos complementarios tanto para lactantes alimentados a pecho exclusivo como para los que no.

A esta edad, la leche materna por sí sola ya no es suficiente para satisfacer los requerimientos de energía y de nutrientes, fundamentalmente hierro y zinc.

A medida que el niño crece y se desarrolla, la proporción de energía proveniente de la leche materna debe ir en  disminución gradualmente, mientras que los alimentos complementarios van en aumento en variedad y cantidad.

Con el inicio de la alimentación complementaria, el niño necesita recibir agua varias veces al día, principalmente después de cada comida.

Alimentos contraindicados

Bebidas ricas en cafeína como café, té, mate y refrescos cola. Estas sustancias actúan como estimulante y su consumo se vincula con alteraciones en el sueño, nerviosismo e irritabilidad, a la vez que interfieren en la absorción del hierro.

Infusiones de yuyos, especialmente anís estrellado, pues se han descripto efectos tóxicos, que pueden presentarse con síntomas neurológicos e intestinales.

Jugos industrializados listos o en polvo y refrescos. Presentan una alta densidad energética, es baja en nutrientes críticos para el crecimiento y disminuyen el apetito desplazando el consumo de alimentos complementarios nutritivos y saludables.

A los 6 meses: Incluir alimentos ricos en hierro

A los 6 meses más del 95% de las necesidades de hierro deben ser cubiertas con la alimentación complementaria.

Por este motivo es necesario incorporar desde el inicio alimentos como carnes, especialmente rojas, y los menudos de vaca y aves. La carne de vaca tiene el doble de hierro que la carne de pollo, cordero o cerdo y el triple que el pescado. A la vez, el hígado y el riñón aportan el doble de hierro que la carne de vaca.

El hierro en los alimentos se encuentra presente bajo dos formas:

Hierro hemínico

La fuentes de hierro hemínico se encuentran en la carne y se absorbe a nivel intestinal aproximadamente en un 25%.

Hierro no hemínico

La forma de hierro no hemínico se encuentra en lentejas, porotos y garbanzos, yema del huevo y en los productos fortificados con hierro como fideos, pan y la leche fortificada. Su absorción es mucho más baja, desde menos del 1% hasta el 20%, según la presencia de otros factores que favorecen o inhiben su absorción.

A los 6 meses: incluir lácteos

  • Leche de vaca en pequeñas cantidades. Únicamente formando parte de preparaciones caseras como cremas o salsa blanca.
  • Yogures preferentemente natural
  • Quesos.

No se aconseja el consumo de leche de vaca como bebida principal, antes de los 12 meses.

A los 6 meses: incluir frutas y verduras

Se pueden incorporar todas las frutas y verduras a partir de los 6 meses.

Las verduras y frutas aportan vitaminas, minerales, fibra, antioxidantes y fitoquímicos. Su consumo está fuertemente asociado con la prevención de enfermedades como la obesidad, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.

La diversidad de sustancias y la forma en que interaccionan dentro del alimento no pueden ser reemplazadas por suplementos de vitaminas y minerales.

Las frutas deben ofrecerse en forma de puré y no en jugos. El excesivo consumo de jugos de fruta, aún naturales, disminuye el apetito del niño e interfiere con el consumo de otros alimentos.

Evitar los jugos industrializados.

A los 6 meses: incluir alimentación variada

Desde el inicio se requieren alimentos naturales o mínimamente procesados y variados de los diferentes grupos como carnes, pescados, fideos, arroz, legumbres, verduras, frutas, productos lácteos y huevos y aceites.

Es importante revalorizar la preparación de alimentos caseros, seguros, inocuos y saludables. Brindar una alimentación elaborada con alimentos lo más natural posibles. Evitando alimentos industrializados o muy procesados.

La incorporación de alimentos debe estar integrada por:

  • Alimentos ricos en hierro como las carnes bien cocidas, ralladas o desmenuzadas.
  • Alimentos ricos en energía como papa, boniato, polenta, lentejas, sémola, arroz, fideos pisados, tapioca y mandioca.
  • Alimentos ricos en vitaminas, minerales como frutas y verduras variadas y de estación, que además son fuente de antioxidantes, fitoquímicos y otros nutrientes beneficiosos para la salud.
  • Alimentos ricos en Omega 3 como los aceites de soja o canola todos los días y el pescado al menos una o dos veces por semana.

Alimentos potencialmente alérgenos (huevo, pescado y trigo)

Se recomienda la incorporación de estos alimentos gradualmente, en pequeñas cantidades cada 3 a 5 días, una vez que haya sido tolerado alguno de los alimentos tradicionales de inicio.

La leche materna favorece la tolerancia oral a estos alimentos y retrasa el inicio de los síntomas.

Introducción del gluten

La ingesta de las proteínas contenidas en los cereales trigo, avena, centeno y cebada (TACC) está asociada con la enfermedad celíaca.

Se recomienda incorporarlo a los 6 meses junto al resto de los alimentos complementarios, pues tanto la introducción temprana como tardía se han vinculado a un mayor riesgo de padecer enfermedad celíaca.

Cantidades

Al inicio se aconseja comenzar con 2 a 3 cucharadas aproximadamente de cualquiera de los nuevos grupos de alimentación. Y poco a poco ir  aumentando gradualmente.

A los 12 meses se espera que el volumen promedio ingerido en cada comida principal sea alrededor de 1/2 taza estándar.

Siempre hay que respetar la capacidad gástrica del niño y evitar la sobrealimentación. Es importante respetar la rutina, en cuanto a horarios y cantidades de alimentos proporcionados.

La sobrealimentación en esta etapa de la vida propiciará un peso mayor, generando sobrepeso en el niño, en la adolescencia  y obesidad en la vida adulta.

También es importante cuidar la evolución en cuanto a la consistencia de los alimentos. Se comenzará con una papilla bien pisada, luego se pasará a una consistencia algo pisada y luego en estado natural.

Ejemplos:

6 a 8 meses

9 a 12 meses

 13 a 24 meses

Durazno bien pisado Durazno algo pisado Durazno en trocitos
Carne rallada o desmenuzada Carne en trocitos pequeños Carne en trozos más grandes
Fideos bien pisados Fideos algo pisados Fideos sin pisar

Calidad de las grasas

Los ácidos grasos (AG) poliinsaturados de cadena larga (AGCL) metabólicamente más importantes para el desarrollo neurológico y visual son:

  • El docosahexanoico, DHA, c22:6, n-3.
  • El eicosapentaenoico, EPA, c20:5, n-3.
  • El araquidónico, AA, c20:4, n-6.

Todos ellos son derivados de los AG esenciales linoleico (18:2 n-6) (AL) y alfa-linolénico (18:3 n-3) (ALA).

Los ácidos grasos esenciales durante la vida fetal son proporcionados a través del transporte por la placenta y, después de nacer, a través de la leche materna y de los alimentos complementarios.

Si bien, es posible sintetizar DHA a partir del alfa-linolénico (ALA), esta conversión es insuficiente para lograr los altos depósitos requeridos a nivel del sistema nervioso central.

Desde el inicio de la alimentación complementaria es necesario garantizar un consumo suficiente de ácidos grasos Omega 3.  La fuente principal de DHA (siglas en inglés de ácido docosahexaenoico, un tipo de ácido graso omega 3) preformado son los pescados grasos y la leche materna.

A partir del ácido α-linolénico ALA también puede sintetizarse el docosahexa-noico (DHA). El ácido α-linolénico ALA omega-3 (n-3) se encuentra fundamentalmente en el aceite de canola (6-10%) y en el de soja (5-8%).

El aporte de ácidos grasos esenciales representa un factor importante para el logro de un adecuado desarrollo y funcionalidad del sistema nervioso y visual.

Los ácidos grasos esenciales son aquellos que el ser humano no puede sintetizar y por lo tanto deben ser aportados en la dieta.

La deficiencia de DHA produce daños en la agudeza visual y en el desarrollo neuronal que condiciona los logros académicos y la productividad futura.

Además, produce alteraciones en el comportamiento y se ha vinculado, entre otros factores, con el origen del síndrome de hiperactividad.

Se recomienda en la alimentación de la madre que amamanta, y desde el inicio de la alimentación complementaria del niño, la incorporación de aceite de soja o canola crudos todos los días y pescado al menos una o dos veces por semana de preferencia con alto contenido en grasa como palometa, atún, sardinas, salmón o lisa.

Buenas prácticas de higiene, almacenamiento y conservación de alimentos

  1. Lavarse las manos con agua limpia y jabón: antes de preparar y servir los alimentos.
  2. Taparse la boca para estornudar o toser.
  3. Evitar soplar la comida para enfriarla o probarla de la misma cuchara con que se le da de comer al niño.
  4. Ofrecer agua potable y, en caso de no estar seguro de su procedencia o de su calidad, hervirla durante dos minutos.
  5. Preparar y servir los alimentos en el momento o conservarlos en el refrigerador.
  6. Mantener separados los alimentos crudos de los cocidos en la heladera.
  7. Evitar productos que contengan carne, huevos, pollo, o pescado, crudos o poco cocidos, y leche o productos lácteos no pasteurizados.
  8. Servir una cantidad aproximada a lo que come el niño y nunca darle lo que sobró de la comida anterior.
  9. Evitar recalentar los alimentos.
  10. Tapar o proteger los alimentos para evitar el contacto con moscas y animales domésticos.
  11. Cocinar las carnes y huevos completamente, y no ofrecer alimentos que los contengan crudos tales como: mayonesa casera, merengue o helado casero.
  12. Ofrecer los líquidos en vaso y evitar el uso de biberones para la ingesta de estos.

María Agustina Palacios

Nutricionista / Uruguay

- Especializada en Obesidad. Universidad Católica del Uruguay - Especializada en Diabetes. Escuela de Posgrado Facultad de Medicina. Universidad de la Republica Oriental del Uruguay. - Cursando Maestría en Nutrición Humana, en Universidad de La Plata. Argentina.