En la familia es fundamental hablar con los hijos sobre los peligros que existen al compartir los datos en Internet. Es importante tener en cuenta que la intimidad de los infantes y adolescentes en el hogar no se debe compartir en redes. Ocurre la huella digital cuando los padres, sin pensar en los peligros que tiene la publicación de datos de sus hijos, publican fotos y vídeos de sus pequeños en redes sociales.
Hay mucha información que dejamos expuesta en Internet
Los progenitores no son conscientes de la cantidad de información que dejan expuesta en Internet mientras sus hijos e hijas son menores. Luego, a medida que los niños crecen, tienen normalizado estos actos y ellos mismos publican en redes sociales a menudo y, para cuando llegan a la edad adulta, su huella digital es bastante grande.
Los jóvenes pasan mucho tiempo online todos los días, por lo que resulta crucial que exista una buena educación digital para que entiendan que Internet puede ser una gran herramienta de conexión y aprendizaje, pero que, si no se utiliza correctamente, puede ser al mismo tiempo una herramienta peligrosa.
El peligro de divulgar los datos en Internet
Incluso aunque no se quieran divulgar los datos en Internet voluntariamente, si no se tiene cuidado pueden divulgarse sin querer. Esto es así porque algunos datos cuando una persona se conecta se capturan a través de las cookies de las webs. También los datos se pueden deducir dependiendo de los “me gusta” de las redes sociales, de la edad o el género de la persona que está usando Internet en un momento dado.
Además, también existen los ciberdelincuentes que aprovechan los datos que se van dejando en Internet para después aprovecharlos y cometer delitos, como por ejemplo, la suplantación de identidad. También, si se emplea una conexión a Bluetooth que no es segura, los piratas informáticos puedan acceder a los dispositivos móviles y servirse de la cámara del móvil o robar datos bancarios, etc.
Otra forma en que los datos están en peligro es cuando están en una nube. Es habitual que se piense que los datos en una nube están protegidos, pero realmente no es así, porque están accesibles para los piratas informáticos.
La educación digital empieza en casa
En las familias hay que ser conscientes de que en el mundo digital los hijos necesitan una buena guía a través de los progenitores, igual que ocurre en el mundo real. Necesitan saber que existen estos peligros para saber cómo evitarlos y que así sus datos personales no estén a la mano de cualquiera.
Hablar con los hijos, de la privacidad, de no aceptar solicitudes de amistad de personas que no conocen, de no poner datos en cualquier sitio web sin consultar antes a un adulto… son normas básicas que deben tener muy presente siempre.
Es más, es necesario que cuando son pequeños se active el control parental para que cuando ya están en la adolescencia hayan tenido una buena educación digital para ser conscientes de su responsabilidad cada vez que tienen en su mano un dispositivo electrónico conectado a Internet.
Por supuesto, como padres y madres, también se requiere que seamos su mejor ejemplo para que, así, siempre que tengan dudas respecto al uso de compartir datos en Internet, tengan la confianza suficiente para poder comunicarlo a sus progenitores.
