La deshidratación no es un mito, y menos aun cuando hablamos de bebés o niños muy pequeños ya que el porcentaje de agua de su organismo es mucho mayor al de un adulto, en torno a un 80%, frente al 55% de los adultos. Para evitar que tu hijo se deshidrate, lo que puede llegar a ser grave, nada mejor que seguir estos sencillos consejos.
El organismo de bebés y niños pequeños contiene hasta un 80% de agua
Causas más comunes de deshidratación
– Gastroenteritis u otras enfermedades que causen vómitos y diarreas constantes. Al no mantener nada de comida ni líquidos en el estómago y expulsarlo todo, el organismo puede sufrir deshidratación.
– Calor excesivo: si el niño está al sol mucho tiempo o en una zona de mucho calor, suda mucho y no bebe nada de agua, puede sufrir un golpe de calor o deshidratación.
Señales de deshidratación
Para evitar problemas mayores, hay que estar atento a las señales que nos indican que existe una deshidratación:
1- Sed excesiva
2- En lactantes, las fontanelas se ven hundidas
3- Mojar poco el pañal
4- Orina más oscura
5- Boca seca o pegajosa
6- Ojos hundidos
7- Sueño y cansancio
8- Ojos y piel resecos
9- Piel pálida, incluso grisácea
10- Llanto sin lágrimas
11- Manos y pies fríos
5 consejos para evitar la deshidratación
La deshidratación leve no es grave, pero si dejamos que vaya a más el niño puede sufrir mareos, problemas musculares, náuseas o incluso insuficiencia cardiaca.
Por eso, tanto si tu hijo está enfermo como si hace mucho calor, debes seguir estos consejos:
- Ofrecerle agua a menudo. Los bebés no pueden decir que tienen sed y los niños un poco mayores no siempre se dan cuenta hasta que la sed ya es excesiva, por eso debemos ofrecerles a menudo agua o el pecho si sigue con lactancia materna. Los bebés necesitan ingerir de 120 a 150 ml de agua cuando dejan el pecho y los más grandes de 250 a 300 ml. Los mayores deben beber unos 2 litros de agua al día.
- Además de agua, los zumos, las infusiones, el gazpacho o las sopas también ayudan a hidratar el organismo.
- En las horas de más calor, el niño debe permanecer siempre a la sombra y tapado con un gorro. Si puede ser, lo mejor es que no esté en la calle jugando en esas horas y, por supuesto, que no realice ningún deporte.
- Durante los meses de calor se debe seguir una dieta rica en verduras y frutas que contribuyen a hidratar el organismo.
- Vestirle con ropa que transpire, liviana y fresca para evitar que sude y su cuerpo se caliente de más.