Halloween, cumpleaños, fiestas, visitas familiares… los niños reciben golosinas a todas horas, lo que hace muy complicado para los padres limitar su consumo. Pero debes hacer todo lo posible ya que pueden provocar obesidad, caries y, a la larga, incluso diabetes.
Los dulces están por todas partes, pero un consumo excesivo es muy perjudicial
Existe una gran cantidad de golosinas: chicles, caramelos, gominolas, bombones, chocolatinas… presentes en el día a día de nuestros hijos ya que la gente tiende a regalar y comprar este tipo de productos para satisfacer a los niños y niñas, lo que hace que a menudo se los ofrezcan familiares y amigos.
Sin embargo, aunque un consumo ocasional de este tipo de productos no es malo e incluso puede llegar a ser bueno ya que son agradables al paladar y proporcionan felicidad y placer, si se consumen a diario pueden causar muchos daños a la salud del niño ya que son productos que no aportan ningún tipo de nutriente esencial, y sí muchas grasas saturadas y azúcares, lo que aumenta las posibilidades de padecer sobrepeso y obesidad, caries, problemas de colesterol y diabetes.
Por lo tanto, aunque resulte complicado, hay que conseguir que nuestros hijos no coman golosinas más que de manera muy ocasional (una vez al mes o menos). Para ello, puedes seguir estos consejos:
- Da ejemplo. No las consumas tú.
- No compres este tipo de productos, si no los tenéis en casa, no se les antojarán ni los podrán comer.
- Di claramente a tus familiares y amigos que no les regalen golosinas a los niños. Si quieren comprarles algún detalle, que les compren un libro, pinturas o algo de comer sano.
- Cuando vayáis a cumpleaños o fiestas y haya golosinas, no puedes prohibir a tu hijo que no coma ninguna, pero debes guardar tú la bolsa de golosinas y darle solo una. Las demás, guárdalas para otros momentos especiales.
- No premies ni castigues con golosinas, es hipócrita que le digas que no las puedes comer pero se las ofrezcas como premio si acaba todas sus tareas rápido. Los premios y castigos no deben ir ligados ni a la comida ni a las golosinas.
- Los niños consumen golosinas porque son comidas divertidas y de sabor agradable. Pero todos los alimentos se pueden presentar de manera divertida formando una cara sonriente, un robot, etc.
- Inventad vuestras propias “golosinas”, es decir, productos de picoteo divertidos pero sanos, como helados de yogur y frutas caseros, piruletas de plátano con un baño de cacao, etc.