Cuando llega el verano y es muy complicado compatibilizar las vacaciones, muchos padres tienen que recurrir a los campamentos. Sin embargo, es una decisión compleja ya que nunca se sabe si les va a beneficiar o no.
Los campamentos pueden ser muy beneficiosos, siempre que el niño esté preparado para ir
Los campamentos de verano pueden ser realmente buenos para el desarrollo físico, emocional y social del niño ya que les permiten desarrollar su autonomía, su independencia y la responsabilidad, enfrentándole a situaciones totalmente nuevas y diferentes a las que vive durante el curso escolar.
Durante una semana o más tiempo, el niño estará “solo ante el peligro” y no contará con la ayuda constante de sus padres para hacer frente a los nuevos retos que surjan en este tiempo. Se verá obligado a convivir con muchos niños y niñas desconocidos, a hacer amigos, a realizar actividades diferentes, a trabajar en equipo… Todo esto puede ayudarle a crecer personalmente y a ampliar sus horizontes, haciéndole salir de su zona de confort, algo que siempre es positivo. O casi siempre, porque si tu hijo no está preparado para ir de campamento o va obligado, puede resultar todo un trauma.
Por eso, la respuesta a si los campamentos de verano son positivos o no, no es única para todos los niños. En general, son muy beneficiosos, pero, como decíamos, si tu hijo no está preparado es mejor que no lo lleves. Para saber si está preparado, debes tener en cuenta si está ilusionado o no por ir al campamento, si tiene ganas y cuenta los días para que empiece el campamento, si controla sus esfínteres, si duerme bien por la noche o tiene muchos terrores nocturnos, si ya ha pasado varios días fuera sin vosotros, si es muy introvertido o no, etc.
Explícale en qué consiste el campamento, las actividades que podrá realizar, el tiempo que estará sin vosotros y déjale bien claro que, a no ser que le pase algo, estará todos esos días sin vosotros.
Si le ves con ganas e ilusionado, no hay más que pensar, apúntale porque será una experiencia fantástica para él. Si por el contrario se muestra ansioso, miedoso, llora, os pide que no le obliguéis a ir y veis que, efectivamente, no está preparado, podéis acudir a los campamentos de día o urbanos, en los que los niños están en un horario similar al del colegio (de 9 a 17 horas) y pasan la noche en casa. Así tendréis un sitio al que llevarle mientras trabajáis, pero luego irá a casa con sus papás.
Es algo más sencillo para niños pequeños o que no quieran ir a un campamento lejos de sus padres. Además, en ellos se hacen también muchas actividades divertidas, talleres, excursiones, deportes… y permiten al niño hacer nuevos amigos y actividades sin necesidad de pasar un mal rato.