El término comida rápida engloba a toda aquella comida que se elabora y consume de manera rápida y se puede llevar o comer en cualquier sitio. Pero no es lo mismo una ensalada que una hamburguesa con patatas fritas.Te contamos cuál es la comida rápida más sana para tus hijos.
Casi toda la comida rápida aporta muchas grasas y pocos nutrientes
Cuando pensamos en comida rápida solemos pensar en hamburguesas, pizzas, precocinados… Todos estos alimentos suelen contar en su composición con gran cantidad de grasas, especialmente saturadas, calorías, sal y azúcares, y apenas aportan vitaminas o minerales. Por lo tanto, la comida rápida suele ser fuente de obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión arterial o algunos tipos de cáncer.
Sin embargo, no toda la comida rápida es igual de mala:
- Alimentos precocinados: sopas y purés de sobre, congelados, platos preparados al vacío… Algunos de ellos cuentan en su composición con gran cantidad de azúcar, sal y grasa, incluyendo aceite de palma. Además, muchos de ellos, quizá más sanos desde el punto de vista nutricional, pierden parte de sus vitaminas y nutrientes al calentarlos. Se deben consumir ocasionalmente y fijarse bien en su composición.
- Galletas y bollería industrial: son ricos en grasas poco saludables, azúcares y su valor nutritivo es muy reducido. Su consumo debe ser muy ocasional y, si es posible, cocina tú mismo en casa tus dulces ya que serán mucho más sanos. Puedes usar aceite de oliva en lugar de aceite de palma, poco azúcar, cacao puro, etc.
- Patatas fritas de bolsa y snacks. Aportan niveles muy altos de grasas, gran cantidad de calorías y mucha sal. Además, son poco saciantes. Se recomienda un consumo muy ocasional y sustituirlos por aperitivos más sanos como brochetas de frutas o verduras, ácidos, queso bajo en grasa, etc.
- Refrescos. Incluso los refrescos light son perjudiciales. No aportan ningún nutriente a la dieta, provocan falta de apetito, caries, obesidad… Lo mejor es no dar a los niños nunca refrescos y optar por agua, leche y zumos y batidos naturales.
- Hamburguesas, pizzas, perritos calientes: Son alimentos ricos en grasas saturadas y sal, y pobres en nutrientes, aumentan el riesgo de obesidad, colesterol y enfermedades cardiovasculares.
Todo este tipo de comida “basura” de restaurante debe ser consumida de manera muy ocasional, una o dos veces al mes como máximo. Sin embargo, puedes hacer tus propios platos caseros mucho más sanos: hamburguesa de pollo o de pescado con pan integral, pizzas de verduras, etc. Acompañadas además de ensalada o de patata asada.
Comida rápida sana
Frente a todos estos alimentos poco sanos, hay muchos que se cocinan y consumen de manera rápida y también se pueden comer de pie o donde haga falta, como ensaladas, sándwich de pan integral de pavo, fruta, etc.
Por lo tanto, no hace falta que prohíbas a tu hijo que coma este tipo de alimentos, pero limita su consumo y sustitúyelos por alternativas sanas que también pueden resultar atractivas para ellos