El 21 de marzo de cada año se conmemora el Día Mundial del Síndrome de Down, motivo más que suficiente para actualizarnos acerca de cómo las escuelas, universidades y demás instituciones educativas abordan la inclusión en sus respectivas competencias.
Iniciativas de inclusividad
La inclusión educativa de personas con síndrome de Down cobra cada vez más relevancia. En la actualidad, existen diversas iniciativas y programas en todo el mundo que buscan mejorar la calidad de la educación de estas personas y garantizar su inclusión efectiva en la sociedad.
Aún así, para una gran parte de la opinión pública todavía no está muy claro cuál es el avance real en esta materia. Esto puede deberse en gran medida a la falta de difusión de las mismas, entre otros motivos.
¿Qué respuestas está dando la escuela?
Ante estas circunstancias, se vuelve esencial aportar más información al respecto, por lo que a continuación se mencionan algunos de los principales focos de acción de los últimos años:
1. Enfoque en las capacidades y habilidades individuales
Cada vez más la educación se está centrando en las capacidades, talentos y fortalezas que tienes todos nuestros niños, niñas y jóvenes, en lugar de enfocarse en sus limitaciones, lo que permite que se les brinde una educación más personalizada y efectiva. Bajo esta nueva perspectiva, se utilizan estrategias y técnicas de enseñanza que se adaptan a las necesidades individuales de los estudiantes, lo que garantiza que se les brinde una educación inclusiva y de alta calidad.
2. Formación y capacitación docente
Los docentes son fundamentales para garantizar una educación inclusiva y de calidad, por lo que cada vez acceden a más programas de formación y capacitación, para que puedan atender adecuadamente a las necesidades educativas de las personas con síndrome de Down. Esto implica no solo formación en aspectos específicos del síndrome de Down, sino también en técnicas de enseñanza inclusivas y en la adaptación de la educación a las necesidades individuales de los estudiantes. La secretaría de Educación Pública de México y Colombia, así como la dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación de Argentina son solo algunos casos de países latinoamericanos que fomentan actualmente programas con estas características.
3. Uso de tecnologías y herramientas educativas
Las tecnologías y herramientas educativas también están siendo utilizadas para abordar la inclusión educativa de personas con síndrome de Down. Desde aplicaciones móviles y software educativo hasta dispositivos de asistencia; estas herramientas están respondiendo a la diversidad de aprendizajes que existen hoy en las aulas, para a garantizar la inclusión efectiva de los niños y niñas con síndrome Down en la sociedad. Estas se adaptan a las necesidades individuales de los estudiantes, lo que permite que se les brinde una educación mucho más personalizada.
4. Fomento de la participación de las familias
Las familias son una pieza fundamental en todo el proceso educativo, por lo que es importante que se les brinde la información y el apoyo necesarios para que puedan contribuir activamente en el proceso formativo de sus hijos. Una de las principales iniciativas en este sentido es la creación de grupos de apoyo para las familias. Estos grupos pueden ser organizados por las propias familias o por organizaciones especializados en neurodiversidad e inclusión educativa. Ofrecen un espacio de apoyo emocional, información y colaboración para las familias, lo que les permite estar mejor preparados para participar activamente en la educación de sus hijos.
El objetivo de todas estas iniciativas es claro: «lograr el bienestar emocional y académico de los estudiantes, sin que ninguno se quede atrás, especialmente aquellos que se encuentran en situación de exclusión o vulnerabilidad», como insta el ODS 4.5, de la agenda 2030.