Hoy por hoy existen numerosas corrientes pedagógicas, visiones educativas y propuestas escolares diversas, que podemos elegir a la hora de pensar en la educación de nuestros hijos e hijas.
Freire se dedicó a alfabetizar a estas personas marginadas, aplastadas por el sistema y de bajos recursos
Pero cuando hablamos de aportes significativos a la historia de la educación, resulta imposible dejar afuera ciertos nombres. Entre ellos, el de Paulo Freire. Se trata de uno de los pedagogos más significativos del siglo XX. Conocido puntualmente por su revolucionaria pedagogía humanista de la liberación y esperanza.
Paulo Freire: ¿qué nos dejó a nosotros y a la pedagogía?
Paulo Freire nació en 1921 en el Nordeste de Brasil, en donde las clases rurales vivían oprimidas laboralmente y alejadas de las decisiones político-económicas importantes. Freire se dedicó a alfabetizar a estas personas marginadas, aplastadas por el sistema y de bajos recursos, abanderando así a la educación como herramienta de cambio y revolución.
En un contexto en el que primaba la opresión, el aporte de Freire resultó importantísimo para la construcción ciudadana, los derechos humanos y la mirada crítica. Hace especial hincapié en esta última. En la construcción de una mirada que no compre lo primero que ve, sino que pueda criticar, discernir y elegir a conciencia. Freire considera la mirada crítica como único posible medio para la transformación social.
Para Freire, el proceso de alfabetización tiene los ingredientes necesarios para la liberación: “El aprendizaje y profundización de la propia palabra, la palabra de aquellos que no les es permitido expresarse, la palabra de los oprimidos que sólo a través de ella pueden liberarse y enfrentar críticamente el proceso dialéctico de su historización”, explicaba.
La mirada de Paulo Freire
La mirada de Freire sostiene que la persona paulatinamente aprende a ser autor, testigo de su propia historia. Es entonces así, capaz de escribir su propia vida, consciente de su existencia. Para él, la alfabetización representa una conquista que hace la humanidad de su palabra, lo cual conduce a la conciencia del derecho de decir la palabra.
Otro de los puntos más abordados por Freire es la relación entre docencia y alumnado. Él considera esta relación como una de constante diálogo, escucha, y aprendizaje mutuo. El alumno no es quien aprende de la exposición docente, sino que ambos aprenden del otro y construir juntos el aprendizaje.
Creía en la pedagogía de la pregunta. La de partir de la escucha, de las interrogantes del alumno, en vez de pedirle al alumno que conteste preguntas que no fueron hechas por él, si no por el docente mismo. Centrado en una enseñanza da lugar a particularidades y que se adapta al mundo del alumno, Freire pondera la importancia de que el docente conozca el contexto cultural y general de sus estudiantes. Esta “humanización” es para él un pilar fundamental del proceso de aprendizaje.
¿Cuál es la metodología para llevar a cabo todo esto?
Su método está basado, ni más ni menos, que en la práctica. Este surge de la práctica social para volver, después de la reflexión, sobre la misma práctica y transformarla. De esta manera, opinaba que seríamos capaces de transformar la realidad.
La manera en que Freire concibe la metodología se ve expresada en las principales variables que guían al proceso educativo. La capacidad creativa y transformadora de las personas, la capacidad de asombro y la naturaleza social del acto de conocimiento (y la dimensión histórica de éste).
Este método también se destaca por su movilidad, amplitud y capacidad de inclusión. Al ser una pedagogía práctica está sometida al cambio, por lo cual se adapta al ritmo y desarrollo de las personas.
Una labor internacional
Su enorme labor (que le valió fama internacional) fue producto de una gran humildad humana y honestidad intelectual. De la fe en la dignidad de las personas y de un fuerte compromiso social. Su influencia va más allá de la pedagogía escolar y se extiende a campos como el trabajo, la educación social, la sociología y la filosofía.
Algo de lo más llamativo de la pedagogía de Paulo Freire es que, si bien esta nació de un contexto muy concreto, ha inspirado de forma general aprendizajes y reflexiones muy diversas. Un gran número de miradas actuales sobre el aprendizaje de la lectoescritura, sobre la interculturalidad en el aula o sobre el rol del docente y de la escuela (entre otras), encuentran su origen en el pensamiento de Freire.
Ideas que hoy nos parecen obvias, resultaron revolucionarias en su tiempo. Pero nos parecen obvias porque han marcado el curso de la pedagogía y se encuentran contempladas en nuestra mirada actual. Así todo, algunos pensamientos de Freire aún nos desafían. Desafían a la educación, a su forma y misión, e incluso siguen vigentes después de tantos años.
“Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre” – Paulo Freire.