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La orientación profesional, una asignatura pendiente

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La orientación profesional tiene como objetivo ayudar al alumno en su rendimiento académico y en su desarrollo profesional e integral como persona. Dicho de otra manera, les ayuda a conocer su lugar en el mundo.

Desde la familia debemos de acompañar, no para decidir por ellos

La realización de test para ver su perfil no es suficiente. Hoy en día desconocemos los trabajos a los que van a optar nuestros hijos porque estamos en medio de un cambio de era social.

Vamos a profundizar en cada uno de los objetivos de la orientación:

Aprovechamiento académico

    • Es la tarea ordinaria que llevan a cabo en el colegio.
    • No podemos perderla de vista, pero no es la más importante.

Orientación a su desarrollo profesional

    • En otras ocasiones, hemos señalado la importancia del binomio familia-colegio, ir los dos en la misma dirección, apoyándonos.
    • Siguiendo esta sugerencia vemos cómo en los colegios realizan algunas actividades para orientar a sus alumnos en posibles salidas profesionales.
    • No podemos elegir por ellos, pero sí podemos conocer las diferentes opciones para poder establecer conversaciones, recurrir a experiencias y facilitarles nuestra red de contactos para que tengan la oportunidad de hablar con los diferentes profesionales y saber más detalles de la realidad laboral.

Desarrollo integral como persona

    • El último, pero no por ello menos importante, se trata de ayudar a nuestros hijos a que se conozcan mejor: Los padres, como principales educadores y los docentes, aportando su desarrollo en el ámbito académico.
    • Es la forma más completa para que conozcan sus competencias, talentos, debilidades, intereses y necesidades.
    • A través de su desarrollo integral obtendrán las herramientas necesarias que les permitan elegir su progreso académico, estudios y profesión para ocupar su lugar en el mundo.
    • Este modo de ver la orientación profesional nos va ayudar a centrarnos en las posibilidades de futuro y no en los errores del pasado ni en el rendimiento actual de nuestros hijos.
    • Creeremos en su potencial y estableceremos una relación de confianza, de tal manera que nuestros hijos vayan aprendiendo de su experiencia reforzados por nosotros.

El momento para iniciar esta orientación es en los últimos cursos de Secundaria, no debemos esperar a los dos últimos cursos del instituto.

Los padres debemos evitar que sigan la tradición familiar de tal manera que proyectemos en ellos una presión innecesaria. De igual manera que no podemos influir sugiriendo una profesión segura para nosotros y de cierto prestigio que quizá en los tiempos actuales se pueda quedar obsoleta.

Desde la familia debemos de acompañar, no para decidir por ellos, ya que son ellos los que deben llevar las riendas de su vida.

Nosotros le debemos proporcionar las herramientas para que sepan llevarla de la mejor manera posible, aceptándoles y queriéndoles como son.