¿Por qué deberíamos celebrar la lectura sin importar los formatos?

Beneficios al incorporarla desde la infancia y adolescencia

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Desde la llegada de las tablets, smartphones, kindles o formatos PDF, se ha instalado un debate interesante con respecto a los pros y contras de la lectura de textos, artículos y novelas a través de pantallas en lugar del papel físico.

Algunos han optado por recibir estas propuestas con los brazos abiertos, resaltando la practicidad, portabilidad, el cuidado consciente del medio ambiente o por ser canales de intercambio literario de fácil acceso a nivel mundial.

Vale la pena enfocarnos en descubrir cuáles son las ventajas de fomentar la lectura desde edades tempranas

Por otro lado, hay quienes no consideran la lectura digital una buena noticia: aseguran que es una imitación de la experiencia física y tangible que produce una mayor fatiga mental y que estimula una mayor dependencia en las tecnologías.

Y aunque la discusión al respecto es más que válida y relevante, lo cierto es que ambos formatos persiguen un objetivo en común: acercar la lectura a quien desee conocerla. Y esto claramente incluye tanto a niños como adolescentes en pleno desarrollo.

Vale la pena entonces enfocarnos en descubrir cuáles son las ventajas de fomentar la lectura desde edades tempranas, se elija el formato que se elija. Aquí van algunas:

Concentración

Es importante destacar que, durante la lectura, nuestros hijos se vuelven protagonistas del proceso de forma activa, y esto colabora en evitar que el cerebro se disperse. Por ejemplo, al sumergirse en una historia atrapante, se dedican a vivirla y dejar de priorizar otras actividades externas. En otras palabras, no son simples receptores, por lo que necesitan poner toda su atención y foco ejercitando el esfuerzo que esto implica.

Inteligencia

Siendo considerada la lectura una herramienta de trabajo para el intelecto, esto significa que potencia su capacidad de pensamiento. Es una excelente gimnasia para sus razonamientos, para aclarar ideas, comprenderlas y darles un nuevo significado. Además, la dinámica de leer los desafía a resolver o participar de problemáticas que no son parte de su repertorio habitual. Esto repercute directamente en la expansión de su capacidad y creatividad en cuanto a la resolución de conflictos.

Conocimiento

Si bien en la actualidad se acude al contenido audiovisual a través de videos o podcasts, la lectura sigue siendo muy relevante en términos de adquirir conocimiento. Su dinámica naturalmente les permite a nuestros hijos estimular su curva de aprendizaje, dando lugar a la curiosidad y la investigación de determinadas temáticas. Además, tanto de forma física como digital pueden resaltar aspectos importantes, realizar anotaciones, lo cual personaliza la experiencia aún más.

Emociones y empatía

Como en toda rama artística, las historias que ofrece la literatura funcionan como puentes entre la emocionalidad de los personajes y la emocionalidad infanto-juvenil. Gracias a esta interacción, nuestros hijos pueden acceder con más facilidad a una mejor interpretación de sus propias emociones y ajenas. Esto genera una alta capacidad de introspección y empatía para con los demás, y estos aprendizajes definitivamente pueden trasladarse a su vida cotidiana.

Lenguaje y escritura

La lectura no solamente les otorga la capacidad de comprender y escribir mejor, y por ende comunicarse con mayor eficiencia. También implica estudiar y ordenar de forma lógica distintos símbolos, reglas literarias o combinaciones que refinan la especificidad de lo que se quiere comunicar, ya sean ideas, sentimientos u opiniones.

Esto repercute directamente en su capacidad de desarrollar el pensamiento crítico, ya que la lectura los confronta con sus propias ideas y creencias hasta el momento. La lectura crítica es algo ciertamente bienvenido para que los niños puedan defenderse de la muchas veces abrumadora sobreinformación que encuentran en las redes sociales.

Imaginación y creatividad

Tanto niños como adolescentes, en distintas medidas e intensidades, suelen contar con una gran capacidad de imaginación. La lectura es uno de los muchos canales que les permiten canalizarla y complementarla con la creatividad.

Es importante recordar que la lectura implica un proceso de creación permanente que no conoce límites, pues al leer, nuestros hijos recrean en su mente lo que el autor originalmente pensó, se apropian de la historia y se convierten en protagonistas de ésta. Este reflejo puede derivar eventualmente en ideas geniales y “fuera de la caja” muy útiles para complementar con la eventual rutina típica de la vida cotidiana adulta.

Joaquín Sombielle

Licenciado en Psicología

Docente de piano y lenguaje musical