Preguntar no necesariamente es sinónimo de dudar de lo que se hizo, sino de hacer introspección para poder mejorar aspectos de nuestras vidas. Algunas preguntas para empezar el año nuevo con los ojos puestos en nuestro bienestar.
El calendario nos ofrece una especie de “nuevo comienzo” todos los años
“Año nuevo, vida nueva”. Frase popular que muchas personas utilizan con distintos fines, algunos más hilarantes como la justificación de un cambio repentino de conducta o una acción puntual, y otros con miradas más profundas, aprovechando el inicio del nuevo año como una suerte de borrón y cuenta nueva para dar comienzo justamente a eso, a nuevos comienzos.
Como sea, la realidad es que el calendario nos ofrece una especie de “nuevo comienzo” todos los años, que aunque se acerque más a una ilusión que a una realidad (ya que podemos volver a comenzar cuando queramos), es cierto que nos ayuda a ordenarse, a poner ciertas cuestiones en perspectiva, a plantearnos lo que viene. O, como mínimo, hacernos la pregunta.
Y qué mejor que arrancar el año, como cualquier otra empresa en esta vida, que con preguntas. No porque exista la necesidad imperativa de cuestionar absolutamente todo lo que hacemos, sino porque observar y preguntar es sano para cualquiera. Como dice el buen Ted Lasso: mejor ser curioso que juicioso. Y la verdad que si, es mejor y es saludable.
Consejos para empezar el año
Comenzar con un pie en el juicio, ya sea para uno mismo como para con los demás está lejos de llevarnos a buen puerto mientras que las preguntas, en cambio, resultan puertas plagadas de oportunidades, dispuestas a ser abiertas.
Es por esto que nos aliento a que, si vamos a mirar para adentro, podamos hacerlo desde la pregunta y no desde la autoexigencia. Poder reemplazar el “podría haber hecho esto mejor” o “este año si o si tengo que hacer esto porque el año pasado…” por “¿Quiero mejorar esto?, ¿Cómo puedo hacerlo?, constituye un camino hacia una mirada más compasiva para con nosotros mismos y a objetivos más claros para este nuevo año.
Yo por lo menos, soy partidaria de arrancar cualquier cosa con más preguntas que certezas, con preguntas que van a ayudar a darle forma a eso que quiero lograr. Encuentro las preguntas sencillamente maravillosas. Pueden abrir puertas y ayudar a ciertas fichas a caer dentro nuestro, pueden quedarse en reelecciones de lo que ya venimos haciendo y otorgarnos gratificación por esas elecciones, pueden ayudarnos a cambiar de rumbo y a veces, es verdad, puede desestabilizarnos un poco en principio pero en general en pos de cambios positivos.
Como todo en esta vida, cualquier extremo puede resultar nocivo y las preguntas no son la excepción: el cuestionamiento circular que se erige desde la inseguridad y el miedo, es lógico pero no suele conducir a más qué desesperación y ansiedades, también circulares.
La importancia de hacernos buenas preguntas
Antes de que siga alabando las preguntas (podría hacerlo por siempre), quisiera pasar mejor a contarte sobre ciertas “buenas” preguntas que cualquier persona puede hacerse de cara al nuevo año. Solo algunas, por supuesto. Preguntas que pueden ayudarnos a disparar ideas nuevas, a replantearnos lo caminado (incluso para volver a elegirlo), y más que nada a ponernos en acción frente a la posibilidad de mejorar nuestras empresas en esta vida u optimizarlas, cualquiera sean.
- ¿Puedo ver los tropiezos como oportunidad de aprendizaje o los “fracasos” tiñeron de negro mi año pasado?
- ¿En el año que se fue, hice cosas que me llevarán más cerca de alcanzar mis objetivos?
- ¿Cuánta importancia le estoy dando a la mirada ajena sobre mi vida?
- ¿Cómo trato a los demás y como dejo que me traten?¿Puedo mejorar en esto?
- ¿Qué actitudes o conductas entiendo que estaría bueno modificar en mi?
- ¿Seguiría eligiendo lo que vengo sosteniendo? (trabajo, relaciones, estudio, proyectos, etc.)
- Si tengo que responder rápidamente: ¿Qué quiero para mi en el tiempo que viene?, si tengo que responder concienzudamente… ¿Qué quiero para mi en el tiempo que viene?
- ¿Qué quiero alcanzar y cómo puedo alcanzarlo?
- ¿Las personas que están a mi alrededor suman a mi vida?¿Qué tanto las “dejó entrar”?¿Yo, les estoy sumando a ellas?
- ¿Me gusta lo que hago o lo sufro? Si lo sufro un poco: ¿va en pos de algún objetivo que quiero alcanzar?
- ¿Estoy siendo amable y saludable conmigo mismo/a? (con mi cuerpo, mi mente, mis rutinas, mis emociones, mis metas, mi persona)
- Más allá de lo que quiero… ¿Sé lo que necesito? Si es así, ¿Qué necesito?
- ¿Soy feliz con lo que tengo, donde estoy, con quienes estoy?