Consejos para resolver conflictos en familia

Soluciones en conjunto y desde casa

Three serious friends talking sitting on a couch at home
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Los conflictos familiares no son nada fáciles, pero si es posible abordarlos de manera constructiva. Te dejamos algunas ideas para poner en práctica a la hora de resolver conflictos desde casa.

Una convivencia saludable

El concepto de “paz” puede tener muchas ramificaciones: podemos estar hablando de la paz en el mundo, la paz interna, la paz en relación a determinados temas puntuales. En este caso, queremos referirnos a la resolución de conflictos dentro del hogar, en pos de traer a casa la paz necesaria para una convivencia saludable.

Poder resolver conflictos en familia es esencial para alcanzar un ambiente armónico en casa.

Ya sea que se trate de conflictos de la familia o de alguno de sus miembros en particular, podemos abordarlos juntos de distintas maneras:

1.El momento adecuado:

El sentido del “timing” es uno de los factores más importantes a la hora de abordar exitosamente un conflicto. Elegir un momento y lugar apropiados para que todos puedan abordar el conflicto, o hasta preparar ese momento, puede hacer toda la diferencia.

Querer acercarse a conversar sobre el conflicto en medio de una discusión acalorada, o cuando los miembros de la familia se encuentran estresados, distraídos o atravesados por otro problema personal, puede resultar en un abordaje fallido incluso antes de empezar, o puede desembocar en una resolución parcial o vaga, debido a los estados no compatibles con el momento de resolver el conflicto.

2.Claridad y enfoque:

Es importante asegurarnos de que todos comprendan cuál es el verdadero problema en cuestión. Esto puede sonar obvio, pero muchas veces los conflictos terminan entrelazados con otras problemáticas familiares o personales, por haber escalado en el tiempo. O incluso hasta pueden tener su origen en esa falta de claridad o en malentendidos. Con lo cual, resulta clave no asumir que otros pueden leernos la mente, ni leerle la mente a los demás: las cosas claras, las cartas sobre la mesa y probablemente arranquemos esta resolución con el pie derecho.

3. Escuchar:

No solo se trata de escuchar activamente a lo que cada miembro de la familia tiene para decir, sino también de evitar las reacciones impulsivas frente a los discursos ajenos. Escuchar activamente puede colaborar a la comprensión de la perspectiva del otro, responder en lugar de reaccionar suele ser una buena manera de “obligarnos” a pensar antes de hablar. Muchas veces, con quienes tenemos mucha confianza como es el caso de la familia, tendemos a reaccionar primero y a decir cosas que no le diríamos de esa manera a personas menos íntimas. Prestar atención y mantener la calma, evitando reacciones explosivas que pueden empeorar el panorama, resulta de vital importancia para llegar al acuerdo y para la fluidez de la conversación.

4. Hablar desde uno:

No es lo mismo acusar a otro que hablar desde uno, expresando nuestras propias emociones respecto a determinado asunto o siendo claros con nuestras necesidades, respetuosamente. Empezar por un “a mi me pasa” en vez de con un “porque tú lo hiciste”, puede dar vuelta a la mesa. La acusación suele predisponer mal al otro, anulando su escucha sobre el asunto en cuestión, haciéndolo sentir atacado, y sin dejarle claro como el asunto nos afecta en lo personal. La forma, importa.

5. Solucionar, comprometerse y reconciliar:

No hace falta que alguien tenga más razón que otros, eso no necesariamente implica que el conflicto ha sido resuelto. Como dice el dicho “se puede tener razón o se puede ser feliz”. En todo caso, lo mejor sería construir soluciones en conjunto, aportando ideas entre todos, comprometiéndonos como familia a realizar los cambios necesarios, y reconciliándonos, obrando desde el perdón para reconstruir las relaciones afectadas.

Los conflictos familiares no son fáciles, y requieren tiempo y esfuerzo para solucionarlos. Quizás una sola conversación no sea suficiente, quizás el conflicto necesite más abordaje, más paciencia, más intencionalidad. Muchas veces requieren de ayuda externa o profesional incluso. Habiendo dicho esto, trabajar juntos es fundamental para superar y aprender de esos conflictos, en pro de mantener un ambiente familiar saludable y armonioso.

Heliana Moriya

Docente de música de niveles inicial, primario y secundario

Psicopedagogía