Padres tóxicos: descubre cómo son para evitarlo

Padres tóxicos: descubre cómo son para evitarlo
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En muchas ocasiones, los padres tóxicos no se dan cuenta de que su comportamiento hiere emocionalmente y de manera profunda a sus hijos. Es necesario reconocer si lo somos y poner remedio lo antes posible.

Ser padre o madre no significa engendrar un hijo

Los padres pueden convertirse en tóxicos sin darse cuenta. Padres que gritan, critican, comparan y no dan el cariño y la atención que sus hijos necesitan.

Normalmente ocurre porque repiten patrones de paternidad aprendidos en la infancia y piensan que comportarse así es lo “normal” para que sus hijos se desarrollen correctamente.

En realidad, es necesario aprender a evitar ser unos padres tóxicos para que los niños puedan crecer emocionalmente estables.

Desagraciadamente, son muchos los niños que crecen en núcleos familiares donde no se sienten amados, por lo que no son felices. Padres demasiado rígidos, insensibles a los sentimientos de sus hijos y excesivamente duros ante los comportamientos o emociones de sus pequeños.

Niños que crecen con padres tóxicos

  • Los niños que crecen en familias con padres tóxicos lo hacen con una personalidad dañada, baja autoestima, no se sienten dignos de los otros.
  • Se subestiman y sienten gran inseguridad… y, en la gran mayoría de los casos, tienen comportamientos autodestructivos y no saben por qué les ocurre esto ni por qué sienten emociones negativas tan intensas la gran mayoría del tiempo.
  • La infancia es el tesoro de la vida, es la época que nos forma como personas y, por tanto, es trabajo primordial de los padres cuidarlo con todo su cariño.
  • Si bien es cierto que los padres no son ni deben ser perfectos, sí deben ser conscientes de cómo deben comportarse por y para sus hijos. Y si un día fallan, deben tener la responsabilidad suficiente de pedir perdón e intentar hacerlo mejor la próxima vez.
  • A los adultos que crecen con padres tóxicos les cuesta relacionar sus problemas emocionales con la influencia que ejercieron sus padres cuando eran pequeños y vulnerables.
  • Mientras se estaban formando, no podían confiar en aquellas personas que eran sus referentes, los más importantes para ellos. Estos niños al convertirse en adultos siguen buscando desesperadamente y de manera tóxica ese amor y esa aprobación que no tuvieron cuando más lo necesitaron.

Ser padre o madre

  • Ser padre o madre no significa engendrar un hijo. Está lleno de responsabilidades, y no solo a nivel material, de alimentación o de proporcionar un hogar. También implica dedicar tiempo, atención y cuidados físicos y emocionales a los niños.
  • Los padres deben entender sus propias carencias y problemas emocionales para poder sanarlo lo antes posible y que de este modo puedan ser la mejor versión de sí mismos y ofrecérselo a sus hijos.
  • Es fundamental adquirir las estrategias y herramientas necesarias para enfrentarse al mundo y a nosotros mismos.
  • Los padres tóxicos no ayudan a que los niños se conviertan en personas autónomas y con madurez personal y emocional… les generan inseguridad y, por lo tanto, sus hijos no pueden crecer de una forma sana.
  • No aprenden a desenvolverse en el mundo y arrastran cadenas que les impedirá formarse como personas plenas e íntegras.
  • Desgraciadamente crecerán siendo adultos sumisos, con bajo autoconcepto, con personalidades sumisas y emocionalmente inestables.

Todo esto ocurre por haber sufrido una infancia infeliz con padres tóxicos que no supieron ser su mejor versión para satisfacer las necesidades emocionales de sus hijos.

¿Eres un padre tóxico?

Para saber si eres o no un padre tóxico es necesario hacer un trabajo de reflexión interna donde, con total sinceridad, puedas valorar si tus comportamientos están generando en tus hijos problemas de desarrollo emocional. Quizá sean comportamientos o actitudes inconscientes, aprendidos y que no te des cuenta de que te ocurren.

Resulta fundamental que pongas de tu parte y, en el caso que te sientas identificado, pongas remedio lo antes posible, aunque sea a manos de un profesional o terapeuta que te ayude en tu camino para mejorar la relación contigo mismo y con tus hijos.

Aspectos que pueden identificarte como padre tóxico pueden ser:

  • Manipulas a tus hijos para que hagan las cosas que tú quieres que hagan, sin que te importe lo que piensan o lo que sientan. Si tú crees que algo es bueno, no escucharás sus deseos.
  • Tienes un comportamiento autoritario, incluso tirano. En tu hogar se ejerce la ley de “ordeno y mando”. Si das una orden todos tienen que obedecer sin rechistarte.
  • Eres muy exigente con los resultados de tus hijos en cualquier ámbito: tareas domésticas, académicas, extraescolares. Nunca te parece suficientemente bueno.
  • Tienes una actitud intransigente ante la vida. No te gustan las medias tintas, “o es blanco o negro”.
  • Gritas, pegas, insultas, humillas a tus hijos. Maltratas física y/o verbalmente pensando que lo estás haciendo por su bien, sin pensar que solo estás dejando salir toda tu frustración interna. No piensas en su beneficio, solo en sentirte superior a él.
  • Criticas a tus hijos sin importar si hieres sus sentimientos o no. Les criticas duramente pensando que así espabilarán, pero en realidad solo les estás haciendo una gran herida emocional. También criticas a sus amigos, su forma de ser, sus logros… todo lo que tiene que ver con tus hijos. No te fijas en lo que hace bien, solo en lo que hace mal.
  • Antepones tus necesidades a las de tus hijos con una actitud egocéntrica y egoísta.
  • Culpas y responsabilizas a tus hijos de tus propios fracasos o frustraciones.
  • Tienes explosiones de ira porque no eres capaz de tener una buena gestión emocional. Cuando tus hijos repiten tus conductas les culpas de que tu ira es por su comportamiento, cuando en realidad eres tú quien decide explotar. Tus hijos aprenden de lo que ven en ti, no puedes pedirles que hablen sin gritar si están acostumbrados a escuchar gritos en casa todo el tiempo.
  • Quieres que tus hijos cumplan tus sueños incumplidos. No te importan sus aspiraciones ni sus deseos, solo les obligas a hacer lo que crees que es lo correcto.
  • Eres excesivamente protector proyectan en sus propios hijos sus sueños, sus anhelos, sus fantasías…
  • Si tus hijos se muestran felices te sientes celoso y tu comportamiento enturbia el ambiente en casa solo porque tú no sabes disfrutar de momentos lúdicos o en felicidad con uno mismo.

Cómo evitar tener actitudes tóxicas en la crianza

Si te has sentido identificado con cualquiera de estos aspectos, la mejor manera de evitar ser un padre tóxico es aceptándolo y tomando medidas. Debes ser consciente del impacto que tienes en la vida de tus hijos y modera tu comportamiento.

Para ello:

  • Apuesta por la comunicación asertiva.
  • Permite que tus hijos confíen en ti.
  • Confía en tus hijos y en sus posibilidades.
  • Respeta sus deseos y sueños.
  • Potencia la comunicación familiar.
  • Apuesta por tiempo de calidad en familia.
  • Prioriza trabajar la relación con tus hijos por encima de cualquiera otra cosa.
  • Aprende a educar en positivo a tus hijos (sin amenazas, ni chantajes, ni gritos ni castigos).
  • Modera y controla tu estrés.
  • Habla con un terapeuta de tu infancia y gestiona aquellos traumas que están enquistados en tu subconsciente.
  • Reduce las críticas y las observaciones, permítete ser más flexible.
  • Edúcate emocionalmente y acepta que no tienes que repetir patrones del pasado, puedes mejorar para ti y por tus hijos.

Recuerda algo importante: todos podemos progresar y mejorar. Trabaja en tu inteligencia emocional y la educación hacia ti y tus hijos y te darás cuenta de que la vida puede mejorar mucho.

Tus hijos volverán a confiar en ti y a sentirte cerca y queriéndoles.

Nunca es tarde para comenzar de nuevo.

Te lo mereces, y tus hijos también.