Ciberacoso: cómo detenerlo desde el hogar

Claves para entender qué es el ciberacoso o ciberbullying y por qué es tan peligroso

ciberacoso-detener-familia
4/5 - (1 voto)

Desgraciadamente, son cada vez más los niños y adolescentes que acuden a consulta debido a que sufren ciberacoso (o ciberbullying) por parte de sus compañeros. Un acoso que traspasa las puertas del centro educativo y que se magnifica dentro de internet.

Qué es el ciberacoso o ciberbullying

Cuando hablamos de ciberbullying estamos haciendo referencia a la acción de insultar, amenazar, chantajear y hacer sentir mal a la víctima a través de textos, vídeos o fotografías que se envían a través de mensajes de texto por aplicaciones de mensajería, por redes sociales, juegos online, blogs o incluso a través de correos electrónicos.

Son acciones hostiles que no actúan en el plano físico ya que no son agresiones físicas si no que es un maltrato psicológico. El acosador suele ser compañero de colegio o instituto y, habitualmente, menor de edad.

Por qué es tan peligroso el ciberacoso

Es peligroso porque las vidas de niños y adolescentes se convierten en infiernos. Sienten que no pueden escapar de las garras del acoso ni siquiera fuera del centro escolar. Incluso en sus hogares, donde hay acceso a internet, se sienten todo el tiempo acorralados y atacados, generando una gran ansiedad y estado de pánico constante.

El ciberbullying consiste en insultar, amenazar, chantajear y hacer sentir mal a la víctima a través de las plataformas online

Los acosadores utilizan diferentes medios para acosar a través de internet a sus víctimas, siendo el teléfono móvil la principal herramienta. Es peligroso por diversos motivos:

  • Las víctimas pueden recibir acoso en cualquier momento fuera del entorno escolar. No hay distancias físicas y se sienten constantemente acosados, sin posibilidad de tener seguridad en ninguna parte.
  • Los acosadores pueden ocultar su identidad para intimidar a las víctimas sintiendo que son impunes y, por lo tanto, son más crueles.
  • Internet ofrece inmediatez en el acoso haciendo que los ataques sean más crueles e impulsivos, siendo, por lo tanto, más graves.
  • Un ataque se puede viralizar llegando a muchas personas y haciendo que la víctima se sienta humillada a grandes escalas.
  • La víctima se siente perseguida las 24 horas del día siempre que esté conectada a Internet.
  • La audiencia no solo es la clase o el colegio sino que las vejaciones pueden ser vistas por cualquiera en Internet haciendo que la víctima se sienta totalmente indefensa.

Consecuencias psicológicas del ciberacoso

Las consecuencias psicológicas para la víctima son muy graves ya que no se siente protegida en ningún momento y la ansiedad surge porque puede ser agredida en cualquier momento en que acceda a Internet.

Cabe destacar que los agresores suelen ser personas con baja autoestima y se sienten bien acosando a otros porque es una manera de controlar las acciones y creerse que así son más fuertes, cuando, en realidad, es todo lo contrario.

El acosador no sabe respetarse a sí mismo y, por tanto, tampoco lo hace con sus semejantes. No entiende los límites necesarios para una buena convivencia en sociedad y se divierte haciendo daño emocional a otras personas porque, en realidad, siente un gran dolor en su interior que no sabe gestionar de un modo correcto.

Cuando hablamos de acoso a través de internet (ciberacoso o ciberbullying) estamos hablando de acciones repetidas en el tiempo, que puede llevar a cabo uno o varios acosadores. El o los agresores piensan que quedarán impunes ante la ley por hacerlo de manera anónima, cuando en realidad no es así y podrían ser juzgados por acoso a otras personas. Si el acosador es menor serán los padres los que deberán responder ante la ley.

Cómo afecta el ciberacoso a la víctima

Cuando un niño o adolescente está siendo afectado por el ciberacoso, en su personalidad se verá un cambio ya que se mostrará más nervioso cada vez que le suena el móvil con alguna notificación. Empezará a relacionarse con otros de forma más selectiva y no querrá quedar con los amigos como hacía antes.

Puede dejar de usar la tablet, la computadora o el móvil de forma abrupta, de una manera que no es habitual en su comportamiento habitual. En casa empezará a mostrar un comportamiento más retraído, como con ocultismo. Esto es debido a que le da vergüenza explicar lo que le está pasando creyendo, erróneamente, que de algún modo él o ella tiene la culpa de lo que le está sucediendo.

Es posible que la víctima muestre algunos síntomas o señales que sería importante tener en cuenta. Algunos síntomas pueden ser: aislamiento, lesiones inexplicables, pérdida de objetos, dolores de cabeza o de cualquier otra parte del cuerpo, cambio en sus hábitos alimentarios, dificultad para dormir (posibles pesadillas), menor rendimiento escolar, apatía, pérdida de amigos, baja autoestima, comportamiento autodestructivo, ansiedad…

Cómo detener el ciberacoso desde el hogar

Desde el hogar es fundamental aumentar la comunicación y la confianza con los hijos. Hablar sobre lo que es y ayudarles a utilizar internet siempre con responsabilidad. Las herramientas de control parental son un recurso imprescindible para lograrlo.

A los hijos hay que hacerles entender que la privacidad en sus redes y aplicaciones es fundamental. Por esto, deberán aplicar las recomendaciones básicas para privatizar sus perfiles en internet y solo hablar con personas de confianza. Además, se recomienda cambiar contraseñas con frecuencia y configurar las opciones de privacidad en cada aplicación que utilicen.

En caso de que reciban acoso por internet tendrán que usar las herramientas necesarias para denunciarlo y no devolver un ataque con otro ataque. Siempre tendrán que contárselo a un adulto de confianza que les ayudará a encontrar los pasos más adecuados para proteger su integridad. Si es necesario se deberá denunciar el acoso a los organismos necesarios como la escuela, la policía, etc.

Qué hacer ante las amenazas

Si un niño o adolescente recibe insultos o amenazas deberá ignorar dichos mensajes, vídeos o imágenes y denunciarlo. Bloquear a los agresores y que el agresor desista de sus ataques. De cualquier modo, la víctima no deberá sentirse sola nunca y hacerle entender que debe contarlo para que le puedan ayudar, si no se lo cuenta a nadie, el agresor se sentirá más poderoso y seguirá hostigándole. Es importante que la víctima se dé cuenta de que lo que le sucede no es culpa suya.

Es necesario que la víctima sea partícipe en el proceso de búsqueda y ejecución de soluciones para que sienta que forma parte de la resolución del conflicto.

El anonimato en internet no existe con las herramientas adecuadas, por lo que se puede descubrir quién es y podrá pagar por ello ante la justicia por vulnerar la privacidad de otras personas.

Nunca hay que responder una provocación o ataque con otra provocación o ataque. Lo inteligente es guardar las pruebas con capturas de pantalla, por ejemplo, y presentar estas pruebas para denunciar lo sucedido.