Aunque a estas alturas las redes sociales ocupan gran parte de nuestra vida, a cada vez más personas se les dificulta trazar una clara línea entre su vida privada y la vida pública. ¿Se puede hacer algo al respecto?
El principal riesgo: la exposición
Dentro de las muchas características que definen a las redes sociales, una de las más importantes tiene que ver con la exposición de sus usuarios. Esto puede darse de forma audiovisual (imágenes, videos y/o audios) y textual (opiniones o comentarios).
Desde aquel boom de Facebook en 2008 hasta el día de hoy, muchas personas de estilo más extrovertido alimentaron aún más su propia naturaleza. Otras, con un perfil introvertido, contaron con un espacio para observar y participar sin exponerse y hasta en algunos casos descubrir una faceta más desinhibida hasta ahora desconocida.
En sus principios, las noticias de redes sociales más populares tenían que ver con alguna imagen llamativa, comentarios graciosos o videos que causan curiosidad. En otras palabras, las redes tenían un fin prácticamente de entretenimiento e “inofensivo”.
Conforme fueron creciendo y adquiriendo relevancia, las redes lograron ganarse un rol mucho más importante lo cual permitió a emprendedores, empresas, artistas o influencers darse a conocer. En paralelo, nuestro nivel de exposición a las redes se volvió también mucho más significativo y sensible, pudiendo afectarnos individualmente así como también a nuestros vínculos más cercanos.
¿Cuáles son las principales consecuencias de este fenómeno no tan nuevo?
1.Pérdida de privacidad
Al compartir información en redes sociales, se corre el riesgo de que esta información se haga pública y pueda ser vista por cualquier persona, lo que puede llevar a la pérdida de privacidad y a la exposición de información personal sensible.
2. Ciberacoso
La exposición en redes sociales también puede aumentar el riesgo de ciberacoso, ya que las personas pueden ser objeto de comentarios ofensivos, burlas o amenazas por parte de otros usuarios.
3. Adicción a las redes sociales
El uso excesivo de las redes sociales puede llevar a la adicción, ya que la facilidad de acceso a estos canales, con infinidad de contenidos, nos lleva a querer estar enterados «al instante» o en «tiempo real» de lo que está pasando. Cada vez que salta una notificación tenemos la tentación de estar conectados a los dispositivos digitales, lo que puede tener graves consecuencias en nuestra salud mental y emocional.
4. Distracciones
El uso constante de las redes sociales puede distraer a las personas de sus responsabilidades y actividades cotidianas, lo que conlleva un impacto negativo en su productividad y rendimiento.
5. Consecuencias de autoestima
El estar expuestos en redes sociales también puede generar ansiedad en las personas al compararse con otros usuarios y sus supuestas «vidas perfectas», lo cual puede impactar en su autoestima y en la percepción que tienen de sí mismos.
Consejos para un adecuado uso de las redes sociales
1.Establecer limites de tiempo
Es recomendable establecer un límite de tiempo diario para el uso de redes sociales. Esto puede ayudar a evitar una exposición excesiva y fomentar un uso más equilibrado de las mismas.
2. Desactivar las notificaciones
Desactivar las notificaciones de las redes sociales puede ayudar a evitar la tentación de revisar constantemente las redes y, en consecuencia, reducir el tiempo de exposición en ellas.
3. Evitar el contenido compartido
Antes de compartir contenido en redes sociales, es importante evaluar si es apropiado o no y si puede generar consecuencias negativas, como la exposición de información personal sensible.
4. Aprender a decir «no»
Es importante aprender a decir «no» a solicitudes de amigos, familiares o colegas de trabajo para conectarse en redes sociales, especialmente si se tiene una preocupación por la privacidad y/o se siente que se necesita más tiempo para uno mismo.
5. Priorizar la interacción en persona
En lugar de depender en gran medida de las redes sociales para interactuar con los demás, es importante priorizar la interacción en persona, lo que puede ayudar a establecer conexiones más auténticas y significativas.