En un mundo cada vez más consciente del consumo desmedido del coche, apostar por medios alternativos puede resultar más beneficioso de lo que pensamos.
Un impacto a minimizar
Está claro que hay pocos medios de transporte más cómodos para utilizar y movilizarnos en familia que el auto. No solo por permitir viajes de larga distancia o contar con una capacidad de llevar como mínimo a una familia tipo (dependiendo del modelo, claro). También por la independencia de tiempos que nos brinda a diferencia de, por ejemplo, viajar mediante transporte público.
Ahora bien, también sabemos que no siempre la opción más cómoda es necesariamente la mejor. La inmensa cantidad de autos desarrollados a lo largo de más de 100 años en el mundo trajo consigo una serie de problemáticas ya conocidas como la emisión de gases contaminantes, autopistas colapsadas a toda hora, un aumento en riesgo de accidentes, etc.
Cada 22 de septiembre se conmemora el Día Mundial sin Coches. Y aunque el objetivo no es en verdad tan literal, sí se busca minimizar su uso combinando otras alternativas de transporte más sustentables y hasta en algunos casos hasta saludables.
Opciones a contemplar
A continuación, repasamos algunas de las más importantes junto con sus principales ventajas, y pensando a su vez en cómo poder implementarlo en familia:
1. Carsharing o transporte compartido:
Ir de un extremo al otro en el uso del auto puede ser un paso difícil. Para eso, existe una opción intermedia que funciona cada año mejor: compartir nuestro auto con otros usuarios y viceversa. Ya sea organizando el viaje a la escuela entre nuestros hijos y los del vecino o planificando vacaciones entre amigos, optimizar el uso de menos autos para más personas no solo es más ecológico y práctico sino también mucho más económico para ambas partes.
2. Transporte Público:
Está claro que viajar como familia numerosa en metro o subte abarrotado de gente puede no ser, en principio, nuestra primera opción. Por otro lado, estamos hablando de un medio en general bastante más económico que mantener uno o más autos, además de que nos ahorra el dolor de cabeza de encontrar la titánica tarea de encontrar estacionamiento y llegar a tiempo al cine. Un problema menos ¿no?
3. Bicicleta:
Puede que no sea tan rápida para recorrer distancias y que pueda dejarnos exhaustos, pero aún así la popularidad de la bicicleta no para de crecer en las últimas décadas. ¿Por qué? Entre muchas de sus ventajas cuenta con una que viene en formato doble: nos alienta a hacer ejercicio físico y al aire libre.
No solo llegamos a nuestro destino si no que también podemos cumplir metas más saludables. Además, puede ser una excelente actividad para compartir en familia en paseos espontáneos o competencias deportivas.
4. Caminar:
¿Pensabas que no era una opción válida? De todas las mencionadas anteriormente, sabemos que es con seguridad la forma más lenta de transportarnos, y sin embargo, es probablemente la que más nos permite disfrutar el viaje. No solo porque podemos mirar hacia nuestros costados sin estar en constante alerta ante un eventual accidente. También nos invita a apreciar el barrio, las casas, edificios o locales que recorramos y descubramos en el camino. Además, las largas caminatas y los “desvíos” pueden ser excelentes oportunidades de vinculación entre padres e hijos, combinando conversaciones profundas con experiencias cotidianas y sencillas.