La ecología y la sostenibilidad no es un problema solo de los gobiernos y administraciones. En este artículo veremos cómo podemos aplicar personalmente la mentalidad sostenible en el día a día, como personas, para ayudar a que nuestro mundo sea mejor, en lo que a naturaleza se refiere.
Es importante enseñar con el ejemplo
Lo esencial para que algo mejore a nuestro alrededor es que cada uno pongamos de nuestra parte y, en el fondo, que cambiemos personalmente. Lo primero que debemos hacer es cuidar lo que tenemos más cerca.
Se trata de realizar cuestiones prácticas para cuidar nuestra calle, nuestra ciudad. No será una tarea fácil, pero si conseguimos superar esa dificultad nos ayudará a mejorar como personas y como consecuencia mejorarán nuestros hijos.
Una buena herramienta es tener presente la regla de las tres R, reducir, reutilizar, reciclar.
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Reducir
Se trata de simplificar el consumo de los productos directos. Para reducir, a estas edades, podemos sugerirles que elijan los productos con menos envoltorios y reduzcan el uso del papel de aluminio y las bolsas de plástico.
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Reutilizar
Poder volver a utilizar las cosas y darles la mayor utilidad posible antes de que llegue el momento de deshacernos de ellas. Para reutilizar pueden dar la ropa que no les sirve a otra persona para que la aproveche, dar a otros niños los juguetes que ya no utilizan o al escribir usar el papel por las dos caras.
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Reciclar
Participar del desarrollo de someter a los materiales en un proceso de que se vuelvan a utilizar. El reciclaje lo podemos llevar a cabo teniendo en cuenta los cuatro contenedores de color: gris, verde, azul y amarillo, donde en cada uno de ellos tiramos un tipo de material.
Somos nosotros, los padres, los primeros que debemos establecer un modo de llevarlo en nuestro hogar haciendo partícipes a cada uno de nuestros hijos. Podemos facilitar unos espacios para cada uno y darles la responsabilidad de que cada día sean ellos quienes los lleven al contenedor de la calle.
Es necesario que observemos a nuestros hijos, saber cómo actúan y se comportan en las situaciones cotidianas, porque nos ayudará a conocerles mejor. Para tomarles “la temperatura” de su mentalidad ecológica os sugerimos analizar cosas como estas:
- ¿Conoce qué tipo de materia se echa en cada contenedor?
- ¿Se preocupa de hacer uso de ellos si los tiene cerca? Si no los tuviese ¿pregunta por ellos?
- ¿Ha oído hablar del cambio climático? ¿Sabría dar unas pinceladas de lo que es?
- ¿Cuida lo que le rodea? ¿Las plantas? ¿El mobiliario público?
- ¿Busca una papelera si no la tiene a su alcance?
- ¿Apaga las luces que no son necesarias tener encendidas?
- ¿Se preocupa por usar el agua necesaria?
- ¿Observa y se asombra por la naturaleza? ¿Respeta los animales?
- ¿Aprovecha cada cosa hasta el final con la conciencia de reutilizar para ser un buen ecociudadano?
- ¿Aprovecha las bolsas de plástico o las tira?
Junto con estas observaciones, os sugerimos que les ayudéis a pensar en la importancia de cuidar de la casa común desde nuestro sitio, siendo buen ciudadano y ciudadano de la calle y la ciudad. Intentad transmitirles valores de ecociudadanía con vuestro ejemplo.