Un noviazgo saludable

Conocerse y cuidarse, por igual

Young couple walking together outdoors
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El objetivo de un noviazgo, podríamos decir, que tiene que ver con conocer al otro y construir algo juntos. Pero también sabemos que existen maneras más sanas de llevar a cabo este proceso y de disfrutar de todo lo que este tipo de vínculo tiene para ofrecernos. Algunas ideas sobre la salud en el noviazgo.

Principios de ser «saludables»

Si, pareciera que la palabra “saludable”, por lo menos hoy, la vemos hasta en la sopa. Pero no se trata de forzar conceptos sino más bien de comprender que todo lo que hacemos, para que sea de la forma más beneficiosa y sana para nosotros mismos, y para nuestro entorno.

Poner el foco en el bienestar personal, en el del prójimo, y de cuestionar lo conocido en pos de mayor conciencia, optimización y plenitud son algunos de los factores a tener en cuenta. Aunque esta introducción podría sonar un poco reduccionista o corta en cuanto a lo que ser saludable hoy respecta, el quid de la cuestión por lo menos ahora, es que podemos aplicar este mismo concepto a la conducción de una relación de noviazgo.

Una decisión compartida

Pero entonces ¿Qué vendría a ser un noviazgo “saludable”?

Empecemos por definir al noviazgo como un tipo de vínculo entre dos personas, en el que ambas pasan, por decisión conjunta, a un estadio de compromiso en el que se dedican a conocerse mutuamente a través de interacciones de pareja.

Y si, como todo en esta vida, puede llevarse adelante de manera más o menos saludable para las partes implicadas. Un noviazgo saludable es aquel en el que ambas personas establecen una relación comprometida con sí mismos y con el otro, a base de respeto mutuo, responsabilidad afectiva, comunicación abierta y sincera, amistad, confianza y apoyo emocional.

Pero veámoslo un poco más en profundidad:

Claves para poner en práctica

  • La comunicación

Aspecto fundamental si los hay, para sostener cualquier tipo de vínculo pero más aún en las relaciones más íntimas. Es importante que ambas partes se sientan valoradas y escuchadas, pero también que tengan el espacio seguro en su relación para poder expresar sus emociones, pensamientos y preocupaciones abiertamente y sin ser juzgados.

Ser claros y asertivos con lo que nos pasa, cuidar las formas de hablar, no hablar desde la acusación sino desde la percepción y sentimientos propios, escuchar activamente, no minimizar al otro, son algunos aspectos comunicacionales a destacar en pos de llevar adelante una comunicación fluida y sana.

  • La confianza

Muchos noviazgos se vienen abajo rápidamente por la falta de este componente fundamental. Ambas personas deben sentirse seguras de estar con el otro, tranquilas de creer en la palabra y acciones de la otra parte, y en paz con la honestidad que se maneja en la relación.

La falta de confianza puede hacer estragos en una pareja que está intentando conocerse, impidiendo avanzar en el compromiso y en el conocimiento del otro. No es algo que nace de un repollo, cabe aclarar: la confianza se construye en el tiempo a través de conductas, decisiones, conversaciones y acciones llevadas a cabo de forma consistente e íntegra. Por supuesto que puede dañarse, somos personas al final del día. Pero también puede repararse con esfuerzo, trabajo en equipo, tiempo y predisposición para volver a confiar.

  • El respeto

El respeto va totalmente de la mano con el concepto de salud. Me atrevo a decir que es imposible construir un noviazgo saludable sin respeto mutuo, ese nivel de importancia tiene.

No solo se trata del trato, sino también de respetar el espacio personal del otro, los límites que nos ponemos entre nosotros, de valorar las opiniones de la pareja y tenerla alta estima, así como de empatizar con lo que para el otro resulta importante incluso si no lo entendemos del todo o si para nosotros no lo es.

Muchas veces se ha asociado tácitamente al respeto con la racionalidad.

Respeto aquello que tiene sentido para mi y puedo entender.

En primer lugar, todos merecemos respeto por el sencillo hecho de ser personas, pero en este caso particular, poder estar abiertos a respetar aquello que no comprendemos o compartimos del todo pero que para el otro resulta importante, se convierte en un pilar fundamental a la hora de edificar un noviazgo.

Menciones especiales al apoyo emocional, la resolución conjunta de conflictos, el trato hacia el otro, la transparencia y el disfrute mutuo, y en conjunto.

En conclusión, un noviazgo saludable es aquel que construye en el tiempo y con total consentimiento mutuo, que se compromete a conocer al otro en profundidad y a respetarlo en todo sentido de la palabra, que se comunica abierta y sinceramente, que resuelve de a dos, que disfruta del vínculo.

Una vez más, en pos del bienestar de la pareja y de ambas partes individuales, y apuntando a sostener relaciones cada vez más saludables.

Heliana Moriya

Docente de música de niveles inicial, primario y secundario

Psicopedagogía